Historias de lucha libre de Guatemala
De
aficionado a reportero de lucha libre
En los primeros días de enero de 1965, El
Impacto, uno de los recordados matutinos de la época, anuncio que los
lunes publicarían un suplemento deportivo, “con la mejor información del
deporte nacional e internacional”. Emocionado, pensé que esa era mi oportunidad
para ingresar a un medio de comunicación escrito. Como me gustaba el futbol (me
gusta todavía) pensé que podía escribir
crónicas, entrevistas y reportajes, pero recordé que los espacios estaban
ocupados por maestros de la crónica deportiva y que nadie iba ponerle atención a mis notas. Dios me iluminó, pues, con excepción de Lou Carol (Carlos García Urrea)
especialista en lucha libre y boxeo de El
Gráfico Deportivo, no había otro
en le diera cobertura a la lucha libre.
Yo era corresponsal de la revista Lucha
Libre, de México y había publicado una entrevista con el rudo argentino
Bobo Salvaje, y le envié una carta al director, Oscar Marroquín Milla y otra al
jefe del citado suplemente, José Antonio Mansilla Rosales, y como no obtuve
respuesta fui a la redacción del periódico para hablar con el encargado de la sección
deportiva
El encuentro fue agradable, porque vivíamos en
la colonia Santa Ana y nos conocíamos de vista. Después de un fuerte abrazo, le
dije que deseaba incorporarme a la sección deportiva y le llevé una página con
la entrevista. La vio de reojo y me dijo que la publicaría y que sería
reportero de boxeo y lucha, porque esos deportes tenían muchos aficionados y
que llenaríamos ese espacio. Antonio acababa de volver de México, donde había
estudiado locución, y me aseguró que tendríamos muchos lectores, pues los otros
periódicos sólo hablaban de futbol. Nos despedimos con otro abrazo y yo salí contento,
porque iba a ver mi nombre impreso en letra de molde. Publicaron la entrevista
con El Bobo Salvaje —José Armando Costa—
e ingresé al grupo de reporteros del suplemento deportivo, a cargo del periodista,
locutor, escritor y pintor José Antonio
Mansilla Rosales, el inolvidable Pepe Mansilla, con la colaboración de Justo Rufino
Cedillos y las fotografías de don Juan Vera y José Luis Mejicanos.
Así fue mi presentación “Contando con la valiosa colaboración del periodista Miguel Ángel
González Ortiz, corresponsal de la revista Lucha Libre, de México, a partir de
la presente fecha iremos ofreciendo a los miles de lectores de IMPACTO, una
serie de entrevistas e información que tiene relación con la lucha libre, uno
de los deportes que más gustan en Guatemala. Para iniciar esta serie de
entrevistas, nos permitimos presentar
una con el luchador argentino el Bobo Salvaje”. José Antonio Mansilla Rosales.
Entrevista
con El Bobo Salvaje
Estas son algunas de sus respuestas: “Nací en
Buenos Aires, Argentina, el 31 de julio de1926 y empecé a luchar en 1943 y me
pagaron un peso con cincuenta centavos. Creo que soy el peso medio que más ha
viajado en América Latina, y mi rival más duro ha sido el Santo, pues nos
enfrentamos en la arena Coliseo, Veracruz y Chihuahua. Solo obtuve dos empates
y una derrota. En 1954, en España, le
gané el cinturón de peso medio al Lobo de Galicia, pero lo perdí en la
revancha. En 1960 gané el campeonato de
peso medio en la arena Luna Park, de Argentina.
He luchado contra El Rayo de Jalisco, El Santo, Dorrel Dixón, Bruno
Bardot, Máscara Negra, Arístides Pérez, Máscara Roja, El Rayo Chapín, Los
hermanos Espanto, y El Águila Azteca. Mis mejores parejas son: René Guajardo,
Celso Sotelo, El Verdugo y otros que no recuerdo”.
El viernes 26 de febrero de 1965 quería lucir
como un gran periodista, me puse mi traje azul y fui al gimnasio como reportero.
Al llegar a la puerta principal saqué mi credencial de corresponsal de la
revista Lucha Libre de México, se la enseñé al portero y le dije que
iba a cubrir la información para el diario Impacto. Se la llevó a uno de los promotores, minutos
después volvió, me entregó la credencial y me dijo: “Pase adelante, joven
periodista; vamos a ver si es arrecho para escribir lucha libre”. Era la primera
vez que yo ingresaba a ring side y cuando me senté en las sillas de la primera
fila, creí que estaba soñando. Le pedí a Dios que me ayudara y saqué mi libreta
para empezar a tomar nota de la velada luchística.
¡Había empezado mi carrera como periodista
deportivo en un medio escrito! Recuerdo
que estaban luchando El Príncipe Apache y Robin (hermano del Chato Sosa), dos
pesos chicos que se empleaban a fondo para lograr el triunfo. Uno de los
cuidadores del ring era Lino Alonso, ex compañero de estudios de la escuela
República del Paraguay (1944). En la lucha estrella, El Cavernario Galindo le
arrebató el cinturón Champion Du Monde al jamaiquino Dorrel Dixon —versión
europea del campeonato mundial de peso semi completo—, que una semana antes se
lo había ganado al español Celso Sotelo.
Mi titular fue:
Cavernario campeón mundial
En
emocionante encuentro, derrotó al titular Dorrel Dixón.
En un encuentro lleno de emociones, el mexicano
Cavernario Galindo, se cubrió de gloria, al derrotar al jamaiquino Dorrel
Dixon, en el combate que protagonizaron ambos el viernes 26 de los corrientes,
lamentablemente el marco que presentaba el Gimnasio Nacional Olímpico, no era
el adecuado para esta clase de eventos.
Estaba casi vacío, pues muchas persona pensaron que El Cavernario Galindo, un veterano de la
lucha libre, no sería capaz de vencer al joven y musculoso Dorrel Dixon, que
defendía por primera vez su cinturón, y otros, debido al intenso frío que azotó
la capital, prefirieron quedarse en casa y leer las crónicas del lunes.
En la primera caída los contendientes fueron cautelosos y
preferían guardar energías para la última.
La excesiva confianza del Cavernario Galindo fue su peor enemiga y
perdió al ser sorprendido por una dolorosa
olímpica que le aplicó Dorrel Dixon. Parecía que el combate se definiría
en dos caídas, pues el musculoso jamaiquino volvió a tomar la iniciativa, pero
Galindo lo sorprendió con un fuerte castigo en las piernas Dolorosas sillas eléctricas tuvieron al
retador al borde de la derrota, pero sacaba fuerzas de flaqueza y empató. En la caída definitiva El Cavernario soportó azotones y quebradoras,
pero aprovechó un descuido de Dixon y lo venció con una cruceta diabólica.
OTROS RESULTADOS
En la semifinal, José Azzari y Mishima Ota,
vencieron a Atila y al Cavernario II. En
la primera lucha El Príncipe Apache le ganó a Robin, en la segunda, Relámpago
León y Fantomas derrotaron al Rayo Chapín y a Máscara Negra II.
En esa misma edición escribí un cuento de lucha, dedicado a Máscara Negra (René Hernández), uno de los técnicos guatemaltecos más famoso de todos los tiempos. *Como el original se deterioró, se le hicieron cambios de forma, no de fondo.
Máscara
Negra estaba vengado*
Como todos los viernes por la noche, las
camionetas que circulaban por diferentes zonas capitalinas llevaban pasajeros
colgados en la puerta de salida y en de entrada. Empezaba la anarquía en el transporte urbano
y los conductores, además de no dar el boleto, obligaban a los usuarios a
“acomodarse como pudieran” y algunos atrevidos se colgaban de las ventanillas
derechas para no esperar otra media hora.
Era el calvario diario de los guatemaltecos, pero esa noche era
diferente porque había un motivo poderoso para no llegar tarde para ver la
disputa de máscara contra máscara, al estilo rompe y rasga, entre El Profesor
Satán II, de México, y Máscara Negra II, pariente cercano del inolvidable
Máscara Negra, René Hernández.
Fue un 19 de febrero y durante toda la semana
los periódicos especializados Impacto y El Gráfico, por medio
de los periodistas Miguel Ángel González y Edwin Mérida, y por la radio Quetzal, con las narraciones de René
Barreda y los comentarios de Enrique Bremermann y por la Tic Tac, el locutor
comercial Rigoberto Aldana, el narrador Mario Luis Moscoso y los comentaristas
Manuel Marroquín Ortega, Erwin Mérida y Miguel Ángel González, habían cumplido
su cometido, porque desde las primeras horas de la noche, el monumental gimnasio
Teodoro Palacios Flores “estaba de bote en bote”.
Los vendedores de boletos del mercado negro
habían hecho “su agosto” en febrero, porque los boletos a general que costaban
30 centavos, los vendían a tres quetzales.
Quienes vendían ”shuquitos” con salchicha, chorizo o carne asada, no se
daban abasto, porque todo el mundo estaba preparado para aguantar las emociones de la lucha libre. La espera era interminable. Quienes tenían mayores posibilidades llevaban
radios de baterías y escuchaban a sus locutores favoritos. El ambiente era de
locura, pues eran tanto los radios que parecía eco.
A medida que llegaba la hora del esperado
combate, la tensión aumentaba y en todos los sectores del gimnasio se
escuchaban vivas y hurras para que los promotores le dieran vía libre al
acontecimiento deportivo del año. En el
vestidor de los técnicos había mucha tensión y los más experimentados rodeaban
a Máscara Negra II y le recordaron que la lucha era al estilo rompe y rasga, y
que él todavía no tenía la experiencia la experiencia necesaria para soporta
las férreas manos de su rival.
Ya no podía dar marcha atrás y le aterraba la
idea de caer en las artimañas del Profesor Satán II, que lo aventajaba en peso
y experiencia en disputas de máscara contra máscara. Si se descuidaba adiós esperanzas de vengarlo. Mientras se
colocaba la máscara negra que lo identificaba como sucesor de un nombre famoso,
le pareció ver a su hermano René, con una sonrisa en los labios y el pulgar
derecho en alto, en señal de triunfo.
Aquella sombra lo protegería hasta el final, como si fuera un recién
nacido. En un rincón, apartado de las
miradas de sus compañeros, se hincó, lanzó su mirada hacia arriba y se puso a
orar con fervor. El movimiento de sus
labios y las lágrimas que caían sobre sus mejillas indicaban que estaba
reconfortado.
—Gracias René, nunca pensé que
algún día podría pareja contigo, y si crees que los empresarios acepten, te lo
agradezco de antemano.
Ese diálogo familiar se vio interrumpido por la
esposa de Máscara Negra que decía:
—¡Apúrate René! Que ya casi son las siete y recuerda que esta noche
tienes que enfrentar al Profesor Satán
Sin embargo aquella promesa de hacer la pareja
de los hermanos Máscara Negra, nunca sería realidad, porque después de ese
violento combate con el Profesor Satán Mascara Negra saldría gravemente
golpeado y a los pocos días moriría. Eso
había sucedido hacía un año, y desde entonces en la mente de Máscara Negra II
solo había un pensamiento: Vengar a su hermano. Había esperado un año, ahora
solo tendría que esperar unos segundos.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos, por una voz que decía desde
afuera “¡Máscara Negra! ¡Máscara Negra ¡Apúrate la primera lucha ha terminado”!
—Gracias, ahora salgo.
Cuando el enmascarado negro hizo su aparición,
los aficionados se pusieron de pie para aplaudirlos y para desearle buena
suerte. Por todas partes estallaban cohetes para darle la bienvenida; dos niños
enmascarados —vestidos de negro— acompañaban
a Máscara Negra II, quien caminaba a la par del técnico Máscara Roja, quien
estaría en la esquina para aconsejarlo en ese difícil combate. Después de las
recomendaciones de rigor, todo el mundo guardó silencio para escuchar del anunciador:
“¡Segunda lucha de la noche, al estilo
rompe y rasga. En esta esquina el
terrible rudo mexicano, El Profesor Satán. En la otra, el sensacional técnico
guatemalteco Máscara Negra II”!
El reloj marcaba las 21:37 cuando el réferi
Fernando Castillo Vega dio la orden de entrar en acción. Los contendientes se
lanzaban miradas de odio y se movían de un lado para otro para sorprender al
rival. Satán aprovechando su mayor
complexión física se lanzó al ataque y trataba quitarle la máscara al rival,
pero éste respondía con candados al cuello y tirantes a los brazos. Para
neutralizarlo, Satán lo tomó del brazo derecho y le aplicó látigos irlandeses
para debilitarlo. El público respondía con gritos de aliento, para que Máscara
Negra rompiera el castigo y poco a poco empezaron a verse toda clase de llaves
y castigos: piquetes a los ojos y golpes bajos, pero nadie se entregaba.
“¡Dale, Máscara Negra —gritaban unos—, demostrale a ese pinche güey,
como somos los de La Palmita”!
“Enseñale a ese charrito que los guatemaltecos somos de a sombrero y que
vaya a echar pulgas a su tierra”
El guatemalteco era estrellado en los postes y
cuando el azteca se disponía a despejarlo de la máscara, vio que una silueta
transparente lo ayudaba. Era máscara
Negra en acudía a ayudar a su hermano menor que estaba en apuros. Al ver aquella súbita aparición, El Profesor
Satán se asustó y lo soltó. Antes de que se repusiera de la sorpresa, el menor
de los Máscara Negra lo estrelló en los postes, le dio patadas voladoras en el
pecho y en el rostro, hasta dejarlo bañado en sangre. Lo llevó al lado sur y sus férreas manos
convertidas en tenazas de acero, le aflojaron la correa de la máscara y la
amarró en la tercera cuerda. Para tomar aviada, corrió hacia el norte y se
elevó para lanzarle patadas voladoras en el pecho. Al recibir el impacto, Satán
fue expulsado del ring y su máscara quedó trabada entre las cuerdas.
El público invadió el cuadrilátero para
abrazarlo, sudaba a mares, pero los aficionados lo bajaron cargado y lo
pasearon en el gimnasio. Era la “vuelta
olímpica” para que quienes estaban lejos pudieran admirarlo. El chico se había
portado como un héroe y gozaba al escuchar las voces de júbilo de sus
seguidores.
Los narradores y los comentaristas de las radios
Quetzal —René Barreda y Enrique Bremermann— y Tic.Tac —Mario Luis Moscoso,
Rigoberto Aldana. Manuel Marroquín Ortega, Erwin Mérida y Mike González— se
habían contagiado de la algarabía y no encontraban palabras para describir tan
magno acontecimiento y recordaban que en deporte, como toda actividad que
genere competencia no hay enemigos a muerte, solo rivales momentáneos que
emplean sus conocimientos para lograr el triunfo.
Es mejor perder porque el rival fue superior y
no buscar la victoria utilizando recursos innobles, pues muchas veces causan
heridas, fracturas o golpes que pongan en peligro la vida del adversario, pero
esa noche —desgraciadamente— no era sólo una disputa de máscara contra máscara,
sino un deseo de venganza. El Profesor
Satán I le había causado la muerte —tal vez sin mala intención— a Máscara Negra
uno de los luchadores de Guatemala y Máscara Negra II quería vengarlo aún a
costa de su sangre.
El gimnasio continuaba convertido en un
manicomio; los aficionados de general sur y los de preferencia se saltaban la
malla para conocer el rostro del Doctor Satán II que se había refugiado en los
vestidores, y para saludar al nuevo ídolo.
Poco a poco se fueron apagando las luces del gimnasio para que los
aficionados lo desalojaran. En los vestidores de los técnicos había fiesta,
porque uno de sus compañeros había ganado:
“Estuviste bien, Salvador” —le decían quienes
le tenían más confianza—, porque se llamaba Salvador Garoz Barrios. “Fuiste valiente y salvaste el prestigio de
la lucha libre guatemalteca” —le decían otros—.
“Estábamos arralados, porque empezaste muy flojo, pero fuiste arrecho”
—agregaban otros— “Se van a quedar
babosos —les dijo el triunfador—, pero cuando ya no daba una y las fuerzas me
abandonaban vi a mi René y me dio confianza para contrarrestar las rudezas de
ese señor. Mi hermano hubiera estado feliz si me hubiera visto”.
Tenía razón, Máscara Negra podía descansar en
paz porque estaba vengado. Atrás del gimnasio estallaban cohetes y bombas,
mientras los ayudantes de las camionetas y de los ruleteros que recorrían
diversos puntos de la ciudad atraían a sus clientes con sus gritos
destemplados: “Guajitos”, “Colonia”,
“San Vicente”, “Bethania”, “Roosevelt”, “Carabanchel”, “Parroquia”, “Jocotales”.
El viernes 5 de marzo fue la presentación
estelar de José Azzari, sub campeón panamericano de lucha olímpica y de Jorge
Mendoza, doble campeón latinoamericano de lucha olímpica. En lucha estelar,
José Azzari supo combinar sus conocimientos de lucha olímpica y libre para
derrotar al experimentado Cavernario Galindo.
Azzari
Venció al Cavernario
El
guatemalteco se impuso, al ser descalificado su rival
Después de presenciar la sensacional lucha de
relevos, entre los técnicos Jorge
Mendoza y Halcón Peruano contra los rudos Wiliulfo el Bello y Fantomas, creí
que la lucha estelar, sería aburrida, ya que tanto el Cavernario Galindo, como
José Azzari brindaron la lucha más sangrienta de los últimos tiempos, ya que al
finalizar el combate ambos estaban totalmente bañados en sangre.
La primera caída no tuvo nada relevante, pues
solo vimos unas dobles Nelson de Azzari, que eran neutralizadas por El
Cavernario. Cuando Azzari se dio cuenta
que el villano se las ingeniaba para salir del castigo, cambió de táctica ganó
la primera caída con una quebradora. En la segunda caída, El Cavernario emuló
la hazaña del viernes anterior e hizo de las suyas con José y lo castigó para
debilitarlo y con un doloroso castigo a los brazos empató las acciones.
En la
tercera caída, la sangrienta, Azzari trató de llevarse la victoria
aplicando quebradoras, codazos y golpe en los costados, que dejaron mal parado
a su oponente, pero éste haciendo honor a su mote, aguantó el castigo como los
buenos y respondió estrellándolo en los postes, hasta dejarlo bañado en sangre. Todo parecía indicar que El Cavernario y
estuvo a punto de lograrlo, pero no contaba que el rubio luchador guatemalteco
le pagaría con la misma moneda, lo tomó del cabello y lo estrelló varias veces en
los postes.
El hombre de las cavernas empezó a sangrar. Esto lo llenó de cólera y la emprendió contra Azzari, pero, el eterno pero, se
excedió en marrullerías, castigándolo en partes prohibidas, por lo que fue
descalificado por el árbitro Sammy Samperio, que le dio la victoria al técnico
guatemalteco.
Otros
resultados
En la semifinal, Jorge Mendoza y el Halcón Peruano derrotaron a la pareja
integrada por el debutante mexicano Wiliulfo el Bello y Fantomas. En la tercera
lucha, El Asesino venció a Máscara Roja, en la segunda, Rayo Chapín y Relámpago
León empataron. En la preliminar, El
Salvaje le ganó al Tiburón.
Luchadores
de Guatemala
Príncipe
Apache, un rudo simpático
Entre los nuevos valores de la lucha
profesional, El Príncipe apache ocupa un lugar preferente, pues a pesar de ser
rudo no es desalmado como la mayoría, sino que conoce la lucha técnica y la
aplica algunas veces, sin olvidar, desde luego, que es rudo. Por eso lo llamaremos un rudo simpático. Para
que nuestros lectores sepan cómo se inició, llegamos a la empresa Espectáculos
Profesionales, donde conversamos un poco y estas son alunas de sus respuestas:
“Nací en Puerto Barrios el 2 de agosto de l941.
Practiqué lucha olímpica con el recordado René Hernández, Máscara Negra. Mi primera lucha en el estilo profesional fue
contra El Rayo Chapín y me descalificaron por excederé en rudezas. Yo era
enmascarado y me conocían como Huracán Díaz. De esa lucha surgió una rivalidad
con El Rayo, lo desafié a una lucha de
máscara contra máscara, y pedí. Entonces adopté el nombre de Príncipe Apache”.
“En mi larga carrera he tenido rivales de
muchos países —continúa— y trataré de enumerar a algunos, poco a poco: Máscara
Roja, campeón centroamericano y del sur de México, peso welter, Rayo Chapín,
campeón de América del Sur, peso welter, Máscara Negra II, Pantera Negra Raúl
Valencia, campeón de la Cosa Sur, peso ligero, Relámpago Chávez,, El Águila
Azteca, El Infernal, de Honduras, Bruno Bardot, de Francia, El Águila
Migueleña. Durante mis giras a Panamá me
enfrenté a los mejores técnicos. Todos
mis rivales han sido duros, pero el más difícil es El Rayo Chapín. He puesto en juego mi cabellera cuatro
veces. Desenmascaré al Ciclón Negro, El
Caballero Azul, Pantera Negra —no era Raúl Valencia—, y le gané la cabellera al
Osito de Peralvillo”.
“Mis mejores parejas —concluye El Príncipe
Apache— Gori Casanova, El Bobo Salvaje, Luthor y El Cavernario II, pero me he
acoplado mejor Con Gori Casanova y con El Bobo Salvaje. En relevos
australianos, ellos han sido mis compañeros ideales. Uno de los mejores
recuerdos de mi vida fue cuando le gané la cabellera al Osito de
Peralvillo. El peor recuerdo de mi vida
fue cuando perdí ante Máscara Negra II, en una disputa de máscara contra
trofeo. Mi mayor ilusión es enfrentarme
al Rayo Chapín en disputa del cinturón welter de América del Sur. Creo que el mejor técnico de todos los
tiempos es El Santo y el mejor rudo es Ray Mendoza. Antes de empezar a luchar admiré al campeón
nacional,, Arístides Pérez, en la actualidad admiro al Rayo Chapín. El mejor
rudo de Guatemala es El Asesino, campeón de Centroamérica y del sur de México,
peso medio”.
Esta es, en breves líneas, la actividad
desarrollada por uno de los jóvenes de la nueva generación que está escalando,
en forma asombrosa, la cúspide de la popularidad en el difícil de la lucha
libre profesional. El camino es bastante
duro, pero cuando se tiene la valentía del Príncipe Apache, el triunfo llegará
tarde o temprano. Pues un luchador de su
clase, aunque sea rudo, lo merece todo.
El viernes 13 de marzo El Rayo Chapín expuso el
cinturón de campeón welter de América del Sur ante el rudo Relámpago León. La velada estuvo deslucida por la
incomparecencia de algunos contendientes.
RELAMPAGO GANO, RAYO PERDIO
Relámpago
León logró título welter de Sud –
América
Aproximadamente unas cuatro mil personas se
congregaron el viernes en el Gimnasio Nacional Olímpico para presenciar una de
las más atractivas veladas de lucha libre, ya que se disputarían dos cinturones
y una cabellera. Desafortunadamente la
velada estuvo bastante mala, primero porque el tan anunciado Iscariote no se
presentó para el combate estelar y segundo porque el titular del sur de México
y Centroamérica, el Asesino, tampoco llegó, perdiendo el cinturón por
incomparecencia ante el retador, el Halcón peruano.
El desenlace de la disputa de cabellera contra
cinturón entre El Rayo Chapín y Relámpago León no fue del agrado de los
seguidores del enmascarado azul. Un
error del réferi, Sammy Samperio fue factor determinante para la victoria del
azteca, porque en la segunda caída El Rayo sorprendió a su rival con un ángel
desde la tercera cuerda y lo dejó con la espalda en la lona.
Al empezar la fatídica cuenta, que decretaba la
derrota del rudo, éste detuvo la mano del réferi para evitar que contara los
tres segundos reglamentarios. Esta
maniobra descontroló al enmascarado guatemalteco que fue sorprendido con una quebradora en alto.
Otros
resultados
En la semifinal, el Cavernario Galindo y Atila
brindaron un espectáculo que mantuvo de pie a los aficionados. Al final
quedaron extenuados fuera del cuadrilátero y el réferi Sammy Samperio declaró
empate. En la primera lucha de la noche,
Robín le ganó al Príncipe Apache, en la segunda, Jorge Mendoza venció a Rudy
Casanova por descalificación. Fue la presentación del boxeador nicaragüense,
radicado en Guatemala, Fernando Castillo Vega.
El viernes 19 de marzo se efectuó la disputa
del cinturón Champion Du Monde entre el campeón Cavernario Galindo y el retador
José Azzari. Al final de tres emocionantes caídas, el triunfador fue el técnico
guatemalteco.
Azzari
Campeón Mundial
En
Emotivo Combate Venció al Cavernario Galindo
Ulises
y Máscara Roja ganaron
En una jornada llena de emociones, el
exluchador olímpico José Azzari se cubrió de gloria al coronarse Champion Du
Monde (campeón del mundo de peso semicompleto, versión europea), al vencer al
Cavernario Galindo. El encuentro
satisfizo a quienes asistieron al Gimnasio Nacional Olímpico, de la ciudad de
Guatemala, el viernes último.
Azzari tomó la iniciativa con candado al cuello
y estrellones en los esquineros. Galindo
soportó el castigo y respondió con piquetes a los ojos y ganó la primera caída
con una cruceta diabólica. En la segunda
caída El Cavernario volvió más violento y trató de ganar dos caídas al hilo e
insistió con el mismo castigo, pero José logró recuperarse, recordó sus tiempos
de luchador olímpico y buscó la lucha a ras de la lona. El cambio le dio
resultado y empató con un puente y toque de espaldas
En la tercera caída, el guatemalteco echó mano
a todos sus recursos y combinó la lucha técnica y la ruda para poder vencer a
su fuerte rival, que defendía el cinturón hasta con las uñas, pero finalmente
dejó el cinturón ante el joven monarca, José Azzar. En la caída decisiva, El Cavernario pareció
inclinar la balanza a su favor, al estrellar a José contra los esquineros. Tras soportar los golpes, Azzari lo imitó y
lo estrelló en los esquineros hasta debilitarlo y lo venció con toque de
espaldas.
Al terminar
la cuenta de tres segundos, El Cavernario se enojó, inconforme con el fallo, derribó al réferi Ricardo López con un
derechazo a la mandíbula.
Otros
resultados
En la lucha
semifinal, los técnicos Ulises y Máscara Roja, en un derroche de llaves,
derrotaron a los odiados rudos El Iscariote y Rudi Casanova. En la primera lucha, El Salvaje superó a
Taras Bulba, en la segunda, Relámpago León fue descalificado al excederse en
rudezas ante Jorge Mendoza y en la tercera, El Chato Sosa le ganó al Halcón
Peruano.
El viernes 26 se enfrentaron Santo, el
enmascarado de Plata y el temible rudo el Chacal, que se entregaron con todo
para bajar con la diestra en alto.
SANTO
LE GANO AL CHACAL
LA SANGRE LLEGO AL
RIO. COMBATE ABURRIDO
Seguramente la velada del viernes anterior,
pasará a la historia como la velada más aburrida que se recuerda en la historia
de la lucha libre profesional. Decimos esto porque ninguno de los 6.000
espectadores que se dieron cita en el Gimnasio Nacional Olímpico, salió
satisfecho con el combate estrella, tan pomposamente anunciado. Para la lucha estrella se había anunciado la
presentación del fabuloso enmascarado de plata El Santo, quien dicho sea de
paso ofreció la peor lucha de su carrera, que contrastó con la gran cantidad de
público que asistió para aplaudirlo.
El luchador “sorpresa” del combate estelar fue
la primera sorpresa desagradable de la noche, pues todos esperaban un luchador de clase que brindara buena pelea
al Santo y éste resultó ser el veteranísimo Chacal, de El Paso, Texas, y para
colmo de males se presentó enmascarado, lo que provocó que el promotor Oswaldo
Johnston subiera al ring para quitarle a máscara.
El Final fue deslucido, porque en la tercera
caída El Chacal noqueó al réferi el Argentinito Ricardo López y la
emprendió a puñetazos contra el enmascarado. Enseguida subió al cuadrilátero Sammy Samperio
y lo descalificó. El Chacal, enfurecido,
enfurecido, le lanzó otro derechazo al rostro y lo dejó tendido en la lona. El
final no fue del agrado del público y le silbó al enmascarado de plata.
Otros
resultados
En la primera lucha, Relámpago Chávez le ganó a
Kahuma; en la segunda, El Rayo Chapín y el Chato Sosa empataron, en la tercera.
Jorge Mendoza y Relámpago León también
empataron; en la semifinal, el réferi Fernando Castillo, que hizo su primera
presentación y estuvo a punto de ser linchado por enfurecidos fanáticos que lo
agredieron, inconformes por su parcialidad a favor de los rudos El Iscariote y
Rudi Casanova. De no haber sido por la oportuna intervención de la Policía, el
resultado hubiera sido peor para Fernando Castillo Vega, porque los fanáticos
querían cobrarse lo que les había hecho a los técnicos. La victoria fue para
Ulises y Máscara Roja. ¡No solo en el futbol hay fanáticos violentos!
Hacemos otro breve paréntesis para comentar el
inesperado deceso del gran luchador Édgar Echeverría, una de las glorias de la
lucha libre guatemalteca.
¡Edgar
Echeverría ha muerto!
Los Fugitivos, rudos que se presentaban en el
cuadrilátero con pantalón y chumpa de lona, enardecían a los aficionados,
porque no se andaban con rodeos para castigar a sus rivales. Aunque los tres eran buenos, el uno se
distinguía por su estatura, su cuerpo atlético y por su forma de luchar. Cuando las circunstancias lo permitían
aplicaba vistosas llaves. Aquella tarde
cuando perdió la máscara ante Mazámbulla y apareció el rostro del joven
universitario Édgar Echeverría, todo el mundo pensó que sería el final de su
corta, pero exitosa carrera. “Cuando un luchador pierde la máscara —es la
creencia popular— termina su carrera, pues los aficionados lo olvidan pronto”,
pero Édgar, igual que Alejandro Cruz (Black Shadow), empezó a destacar como técnico
y con el tiempo se convirtió en uno de los tres luchadores sin máscara más famosos
de todos los tiempos: Arístides Pérez y José Azzari.
Édgar el
Nene, como le decía Jose Azzari, pertenece a una familia de profesionales;
don Adán Echeverría y doña Clara Luz Guevara, estudió derecho y solo le faltaba
el examen oral y público para obtener el título de abogado y notario, pero no
terminó sus estudios, porque llevaba el deporte en la sangre y dedicó su vida
al levantamiento de pesas y a la cultura física, en donde destacó y ganó varios
trofeos. También le gustaba la lucha
libre y empezó a entrenar con dedicación, sin saber que llegaría a ser uno de
los mejores. Después de algunos meses
decidió lanzarse al cuadrilátero, se puso el nombre de Máscara Verde y fue
contratado por empresarios salvadoreños.
Su actuación satisfizo a promotores y aficionados, porque era un técnico
que impresionaba por su contextura física y por la efectividad de sus
llaves. En Guatemala fue anunciado como
la nueva sensación, pero por razones que no se dieron a conocer, empezó a
luchar como El Fugitivo uno.
En l972, Rafael Lanuza, productor y director de
cine se asoció con Rogelio Agrasánches y filmaron varias películas en
Guatemala. Édgar Echeverría participó en Superzán y el niño del espacio, El
robo de las momias de Guanajuato, Leyendas macabras de la Colonia, La mansión
de las 7 momias y fue co-estelar en Una rosa sobre el ring. Trabajó al lado de
de los mexicanos Arturo Martínez, Crox Alvarado, David Silva, Lorena Velásquez,
María Cardenal, y los luchadores Mil
Máscaras, Blue Demon y Tinieblas, y de los guatemaltecos Claudio Lanuza, María Luisa Salazar Maisa, Enrique Bremermann, René Barreda, Rolando de León, Carlos
Bran, Fulvio Echeverría, su hermano (luchador conocido como El Hombre Araña),
Fredy Pecherelli El Fantasma Blanco y otros.
Su muerte, acaecida el 9 de diciembre de 2013,
hizo que luchadores, de distintas épocas lo velaran en la iglesia cristiana
Central (donde se había casado años atrás) hizo que luchadores, réferis,
aficionados y amigos lo acompañaran en el último viaje. Édgar He Man Echeverría, el héroe de la lucha
libre que durante su exitosa carrera ganó máscaras, cabelleras, cinturones y
trofeos, que muchas veces bajó del cuadrilátero con el rostro bañado en sangre
por la violencia del rival, perdió la última lucha. Basado en sus principios cristianos, enfrentó
a la muerte con valor e hidalguía, no dio ni pidió tregua. Cayó con la frente en alto, como mueren los
valientes, confiando en las palabras de Jesús: “Yo soy la luz, el camino, la
verdad y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá. Los que lo aplaudieron en los cuadriláteros,
hoy lloran su partida. ¡Hasta pronto, Édgar!
El viernes 3 de abril, se llevó la inesperada
lucha de máscara contra cabellera entre el Santo y El Chacal, que también apostaba
su sueldo. El ganador fue el Santo,
quien tuvo que trabajar horas extras para doblegar a su odiado rival.
Rápido
Combate
Santo
retuvo su identidad dejando pelón al Chacal
La gran expectación que había el viernes
pasado, en el Gimnasio Nacional Olímpico, la había constituido el gran combate,
entre el enmascarado de plata, Santo que jugaba por 26ª. vez su codiciada
máscara de plata, ante el rudísimo Chacal que se sumaba esa noche a la
interminable lista de retadores que durante 25 años habían querido revelar la
identidad del Santo, sin lograrlo, en cambio dejó su cabellera ante el famoso
enmascarado, pero para ello debió emplearse a fondo para evitar una posible
derrota.
Brillante
reaparición de Mishima Ota
La reaparición del maravilloso técnico japonés,
Mishima Ota, fue un verdadero
acontecimiento, que sirvió no solo para
demostrar su gran calidad, sino que ratificó la rivalidad existente entre el
nacional Máscara Roja y el mexicano Rudy Casanova, que seguramente deberá
definirse en un combate de máscara contra cabellera.
Otros
resultados
En la segunda lucha de la noche, los técnicos
Ulises y Jorge Mendoza fueron descalificados ante los rudos Relámpago León y
Chato Sosa, que fueron impotentes para responder el ataque de los
técnicos. En la primera lucha de la
noche Robin le ganó a Pedro El Gitano.
El viernes 23 de abril se presentaron dos
luchadores mexicanos, que venían precedidos de gran fama, pero a la hora de la
verdad, sólo uno la demostró. En la
crónica del lunes 26 escribimos este titular.
HAM
LEE NO CONVENCIO. DICK ANGELO, UN RUDAZO
Aunque los comentarios
precedentes eran buenos, solo uno de ellos respondió
Los comentarios de los últimos días eran en
torno a los nuevos luchadores mexicanos,
pues ambos venían precedidos de gran fama, sin embargo, sólo uno de ellos la
justificó y aunque parezca raro quién logró convencer y demostró que es un
pancracista que domina con mucha habilidad este difícil deporte: Dick
Ángelo. Este tremendo rudo impresionó
con el diseño de su indumentaria —amarillo con café— y su máscara, donde
resaltaba el diseño donde simula unos aterradores dientes. Tiene condiciones
para convertirse en uno de los mejores rudos de la temporada El oriental Felipe Ham Lee estuvo
desconocido. Estamos seguros de que si hubiera sido enmascarado, nadie hubiera
creído que era él, pues lucho mal, muy mal.
Esa lucha fue ganada por los técnicos José Azzari y Ham Lee, pero por
momentos se vieron mejor los rudos Dick Angelo y Atila.
Otros
resultados
En la semifinal Máscara Roja y Ulises fueron
descalificados por aplicarles golpes prohibidos a Relámpago León y al
Iscariote. En la segunda, Mishima Ota venció al Chato Sosa y en la primera,
Rayo Chapín le ganó al Inocente.
En la edición de Impacto del sábado 6 de
mayo, publicamos una entrevista en la cual Dick Angelo desafiaba a José
Azzari.. Estas son algunas de sus
respuestas.
DICK
ANGELO LANZA RETO A JOSE AZZARI
Dick
Angelo el rudazo del momento nos dijo: “Quiero llevarme el cinturón de José
Azzari. No creo que sea de mi talla”.
“He venido a Guatemala con un propósito: llevarme
a mi país el cinturón Champion Du Monde —versión europea del campeonato mundial
semicompleto— que posee José Azzari. Por referencias que he tenido, creo que
este muchacho José Azzari es el mejor, pero no lo he visto luchar hasta la
fecha. Que lo vea o que luche con él, podré darle mi opinión. Ahorita sólo
puedo decirle que si yo me he atrevido a menospreciarlo, a hacerlo de menos, es
porque en todos los países donde he luchado me gusta ser el mejor. Estoy seguro
que José Azzari no expondría su cinturón de Champion Du Monde frente a mí,
porque no tiene clase como se lo ha hecho creer el público. Además, soy superior
a él. No lo creo, lo soy. Creo que ese
muchacho José Azzari es bueno, pero todavía no lo he visto luchar hasta la
fecha. Que lo vea luchar o que luche con él, podré dar mi opinión. Ahorita solo puedo decirle que si yo me
atrevido a menospreciarlo, es porque yo en todos los países donde he luchado me
gusta ser primero yo, después yo y siempre yo. No tengo nada más que agregar,
únicamente agradecerte la entrevista y felicitarlos por el bello país que
tienen, espero responder a todas las
atenciones que me han brindado y ofrecerles buenas luchas. ¡Hasta pronto”!
La velada del viernes 7 de mayo tuvo doble atractivo: en la lucha estrella Ham Lee
y Ulises se enfrentaron a Sombra Verde y a Chanoc. En la semifinal Máscara Roja tuvo una prueba
de fuego ante el boxeador nicaragüense Fernando Castillo Vega, gran rival del
ídolo guatemalteco, Willard Junior. El
titular se lo dedicamos a los estelares.
Ham
Lee y Ulises Vencieron a Sombra Verde y a Chanoc
Los
técnicos ganaron al ser descalificados los rudos.
La lucha del viernes sirvió para que Ulises, el
maravilloso luchador de Acapulco demostrara una vez más que Chanoc no es más
que una leyenda que pertenece al pasado, y que aún en parejas o individuales
puede vencerlo a base de de lucha de
alta escuela técnica y que todo lo que se había dicho en torno suyo no es
verdad. El domingo recién pasado, al
quedar ambos de finalistas del torneo relámpago, Ulises derrotó categóricamente
a su “verdugo”. Por si hubiera dudas de
su triunfo, el viernes demostró que Chanoc no puede vencerlo en parejas, pero
no solo sino con ayuda de su compañero.
En
una pelea que no debió realizarse, Fernando Castillo Vega noqueó a Máscara
Roja.
La lucha semifinal de la noche no debió
realizarse, porque desde el principio ambos violaron las reglas. Debieron
descalificarlos y no fue así. En la última caída-round, Fernando castillo Vega
aprovechó una discusión entre su rival y el árbitro y lo noqueó. El enmascarado
del “codazo atómico” recibió un golpe certero que lo envió a la lona. Los “seconds” de Máscara Roja, Ulises y José
Azzari, lo ayudaron a levantarse. En vano fueron las protestas de Máscara
Roja. El fallo estaba dado y los fallos
del árbitro son inapelables.
El domingo 16 se disputó en forma inesperada el
cinturón Champion Du Monde, entre José Azzari y el retador Ham Lee. En la
edición del jueves 20 de mayo, lo resumimos así:
José
Azzari Retuvo Cinturon Mundial
En un
combate donde solo hubo lucha técnica, Azzari retuvo el cinturón Champion Du
Monde, al vencer a Ham Lee.
En un encuentro sorpresivo, José Azzari derrotó
al “Dragón de Oro”, Ham Lee, para defender por segunda vez su preciado título
Champion Du Monde, versión europea del campeonato mundial semicompleto. Seguramente esa disputa haya sido la más
sorpresiva, pues nadie esperaba que se pusiera en juego el cinturón contra Ham
Lee, si el que está buscándolo es nada menos que el tremendo rudazo Dick
Angelo. Sin embargo, contra todos los
pronósticos, se efectuó este encuentro que ganó merecidamente José Azzari.
En
sangriento combate, Chanoc, Dick Angelo y Sombra Verde despedazaron a los
ídolos Ulises y Jorge Mendoza
En la lucha estrella, la tercia de villanos,
Chanoc, Dick Angelo y Sombra Verde, derrotaron ampliamente a los técnicos
Ulises y Jorge Mendoza, que terminaron totalmente bañados en sangre. Por la traición de Sombra Verde. Como era relevo uruguayo, debía ayudar Ulises
y a Jorge Mendoza, por haber ganado la primera caída, pero decidió aliarse con
los rudos. Al finalizar la lucha, los rudos se encaminaron a la mesa de los
jueces, para pedirles un combate entre Dick Ángelo y José Azzari para disputar
el cinturón Champion Du Monde. En ese
momento no estaba el juez, sólo los locutores de Radio Quetzal, René Barreda y
Enrique Bremermann, y Angelo ratificó el reto que le había hecho a José Azzari,
por medio de IMPACTO.
Justos
pagaron por pecadores
Algunos, enardecidos por la forma que habían
sido tratados sus ídolos, la emprendieron contra los locutores de Radio
Quetzal, que en vano trataban de explicarles que no eran los jueces y que si
estaban ahí era para narrar los la lucha. Mientras ellos se ponían a salvo de
los proyectiles, entrevistamos a René Barreda y esas son algunas de sus
respuestas: “Muchas gracias, Miguel Ángel por esta entrevista para El Impacto,
que lo leen los cinco millones de guatemaltecos. En todas partes del mundo hay público culto e
inculto y los que sufren más son personas inocentes. El problema es de los
jueces, no de nosotros. Venimos a
distraer a los numerosos aficionados que escuchan Radio Quetzal”.
Enrique Bremerman dijo: “La actitud del público
ha dejado mucho qué desear, pues desde hace varios días tomamos posesión de
esta mesa para llevar las transmisiones
en mejor forma. Los rudos vinieron a
reclamar y como el juez no estaba, la emprendieron contra nosotros, que no
tenemos nada que ver con los promotores, ni con las decisiones del juez Horacio
Velásquez. Hay
inconformidad en el personal de radio Quetzal, por la forma cómo se portó el
público contra nosotros, pensando que éramos los jueces”.
En la edición del miércoles 19 de mayo del
diario Impacto, publicamos una entrevista con Chanoc y estas son
algunas de sus respuestas
Chanoc,
el ídolo de Acapulco
A
pesar de haber perdido el cinturón de campeón de México, llega a Guatemala para
demostrar sus grandes condiciones como luchador
“Mi primera lucha la hice en 1960. Mi primer
rival fue un luchador de Acapulco llamado Charro Valdez, a quien le gane. En
1963 me coroné campeón de México, peso ligero, al vencer a Juan Díaz, en el
puerto de Acapulco. A los dos meses de haberme coronado campeón le di la
revancha y no pudo ganarme. El 1 de noviembre de 1964 perdí cinturón ante
Ulises en la arena México. Ulises se fue para Guadalajara y lo seguí, me dio la
revancha y después de un emotivo combate, perdí por descalificación. Pero yo no
quedé conforme y volvimos a disputar el cinturón y lo gané. Ulises es un gran
luchador. Desde la primera vez que nos enfrentamos tuve problemas con él, tiene
mucha elasticidad y puedo decir que es uno de los rivales que más lata me ha
dado. En la primera lucha que tuvimos la vi dura y para mí ha sido
satisfactorio porque he salido avante varias veces…”.
“Al principio Ulises era enmascarado y en una
disputa de máscara contra máscara, lo di a conocer y dijo llamarse Delfino
Spíndola Serrano. Vengo en plan de conquista y quizá a gustar, ¿No? Gané la
máscara de Máscara Dorada y las cabelleras de Ulises, El Zorro de Acapulco,
Mishima Ota, Rodolfo Ruiz, en lucha de máscara contra cabellera, y otros que no
recuerdo. Mi compañero ideal es El Capitán y ostentamos los cinturones de peso
medio del estado de Guerrero. El mejor técnico de todos los tiempos es El Rayo
de Jalisco y el mejor rudo, René Guajardo”. Al preguntarle por el mejor técnico
de Guatemala responde: “Pues ahorita no me he dado cuenta. Acabo de llegar,
pero si he oído hablar bastante de ese luchador José Azzari. Es el que más he
admirado de esta bella Guatemala. Mi mayor ilusión es ir por el cinturón
welter, que es más o menos el peso que tengo ahora. Aunque me parece algo
difícil sostener un duelo con Huracán Ramírez, pero querer es poder y vamos a
hacer lo posible. Estoy para servirte y
cuando me necesites estoy a tus órdenes”.
En l970, hubo licitación para escoger al
empresario que llenara los requisitos y el ganador fue Ricardo Figueroa, de
Mazatenango, y su primer paso fue llamar a los mejores luchadores
guatemaltecos, entre los que recordamos a Máscara Roja, El Rayo Chapín, Máscara
Negra II, El Cirujano. Contrató a los rudos mexicanos Los Espías y al técnico Cruz Diablo. En aquella época,
Canal ll apoyaba toda actividad artística y deportiva, incluyendo la lucha
Libre, y ese popular deporte era visto en todos los departamentos de Guatemala.
Un sábado, antes de salir al aire, el productor
les preguntó a Los Espías que si para filmar las escenas de piquetes a los ojos
y otros castigos peligrosos había que alejarlas de las cámaras para que el público no viera algo anormal en el castigo,
y los rudos le dijeron que no tuviera cuidado, porque ellos pegaban de verdad.
La vibrante voz de René Barreda —ganador
del micrófono de oro de la lucha libre— le ponía sal y pimienta a las
narraciones. El estudio era insuficiente para darle cabida a los cientos de
aficionados que deseaban ver las veladas de lucha libre “en vivo”, en directo, y
a todo color A partir de esa noche, Canal 11 aumento su audiencia y el interés
de los aficionados por asistir al gimnasio.
Nace
la revista Lucha
En los primeros meses de 1971, los promotores
me dijeron que deseaban editar una revista de lucha y que tenían el apoyo
incondicional de El Grafico, pues
muchos lectores les pedían un medio semanal con información y programación dedicada
a la lucha libre que estaba en su apogeo. Durante una de las jornadas me
hablaron José Azzari y su esposa Carmen Arrivillaga, que ya sabía de mi
trayectoria de seis años en el diario Impacto,
me hablaron del proyecto y me dijeron que querían que yo fuera director de la nueva revista.. Aunque en ese
momento no hablamos del salario que devengaría, me hicieron ver que era una
buena oportunidad para ganar otros lectores.
La propuesta era halagadora, pero no me dejé llevar
por la emoción de mis impulsos, pues creí que no había llegado mi momento y no
acepté. Me hicieron ver lo que
significaba para mí dirigir un medio de comunicación que sería el pionero de
las revistas especializadas en Guatemala, pero mi decisión —tal vez un poco
precipitada— ya estaba tomada y no quise dar marcha atrás. Les agradecí por
haberme tomado en cuenta y les dije que necesitaba más experiencia para no
quedarles mal y nos despedimos con un apretón de manos. Creí que era mejor ser
un buen reportero —como ya lo había demostrado—, que un mal director
Los esposos Azzari-Arrivillaga no podían
esperar más tiempo y aunque en la empresa editora de El Gráfico había buenos
cronistas deportivos que escribían lucha
libre de vez en cuando, contrataron a don
Oswaldo Johnston, hombre con suficiente conocimientos en este deporte,
pues había ganado medalla de oro en lucha olímpica durante los Sextos Juego Centro
Americanos y el Caribe de 1950. Don
Oswaldo fue el primer redactor de la revista Lucha.
Como los esposos Azarri- Arrivillaga ya tenían las bases para iniciar, contrataron
al periodista español Fernando Albert para que colaborara con ellos. El
director era Alberto Azallaga —nombre ficticio formado del apellido
Albert—, y Azallaga reducido de
Azzari-Arrivillaga, los editores—. El primer número de la revista Lucha salió a
la venta el viernes 1 de agosto de 1971. En la portada estaban Coloso Coloseti
(Carlo Elio Coloseti) y José Azzari que disputarían cabellera contra cabellera.
Desde las primeras horas de la mañana los aficionados la compraban, porque era
la primera vez en la historia del periodismo guatemalteco que se editaba una
revista especializada en lucha libre.
En correos del blog de lucha libre de unos
colegas, se asegura de que la idea de editar una revista especializada fue de
Oswaldo Johnston pero ya expliqué que yo pude haber el primer director y no
acepté. También se asegura que el locutor, periodista y actor de cine Enrique
Bremerman, la dirigió durante cuatro
años y que doña Ana María Azurdia fue directora, pero para que los sus seguidores estén enterados
deberían poner la fecha. A mí nunca me han mencionado, pero yo escribí la
revista 120, por ausencia obligada del director Carlos García Urrea y la dirigí
desde el 5 de julio de 1981 hasta el 22 de junio de 1983 y guardo dos tomos
empastados como constancia de mi paso por esa famosa revista. Enrique Bremerman
sí fue columnista y jefe de Relaciones Públicas de la revista Box y
Lucha que yo fundé y dirigí desde el primer número. También fue narrador de televisión, anunciador
y réferi de lucha libre.
Surge el semanario Box y Lucha
En 1974, con nueve años de experiencia, me
convertí en uno de los reporteros de lucha libre más conocidos de Guatemala, no
obstante, la popularidad y experiencia de don Carlos García Urrea, de los
mejores periodistas de Guatemala, pionero de los redactores de boxeo y lucha libre,
que utilizaba el seudónimo de Lou Carol,
pues era corresponsal de una revista mexicana. Yo era reportero de Impacto y comentarista de lucha libre de la recordada
radio Tic.Tac. Las descripciones del primer narrador, Mario
Luis Moscoso, la presentación de Manuel Marroquín Ortega, Rigoberto Aldana y
Erwin Salvador Mérida, nos permitieron competir con los locutores de radio Quetzal, René Barreda y Enrique
Bremermann, que habían acaparado la atención de los aficionados.
Haber incursionado en un medio escrito y otro
radial, hubiera sido suficiente para un incipiente periodista, lleno de sueños
e ilusiones, pero no estaba conforme y en mi inquieta cabecita, llenas de
proyectos, germinaba la idea de hacer una revista semanal, con crónicas,
entrevistas, biografías, y críticas constructivas. Nunca pasó por mi mente
competir con Lucha, que se había
convertido en “el pan nuestro de cada día” de los aficionados. A mediados de 1973, Cronistas Deportivos
Guatemaltecos estaba en su apogeo y luchaba por abrir los espacios dejados por
otra asociación similar. El recordado
Fredy Azurdia, uno de los más entusiastas del grupo, era aficionado a la lucha
libre y tenía una imprenta. Algunas
veces conversábamos de la posibilidad de editar una revista de boxeo y lucha para
competir con Lucha, que tenía el
soporte de El Gráfico, pero nos
desanimamos muchas veces, pues pensábamos que nunca podríamos competir con
ella. Sin embargo, se nos ocurrió editar un número para presentárselo a
Espectáculos Internacionales, promotores de lucha libre.
El directorio quedó integrados así; editor,
Fredy Azurdia, director, Mike González; fotógrafos, Jorge Mario Samayoa,
Haroldo Siliézar y Roberto Velásquez Popocha, publicidad, Ricardo Méndez; impresión
Editoffset. 12 calle 2-51, zona 1,
teléfono 84258. A principio de 1974 empezamos a hacer realidad la idea y
planificamos su contenido. El jueves 14 de marzo salió a la venta el primer
ejemplar de BOX Y LUCHA con tiraje de cinco mil ejemplares y se agotaron al tercer
día, pues las páginas eran a un color, intercaladas, sepia y rojo. El domingo
siguiente, al llegar al gimnasio muchos aficionados me felicitaron y me
enseñaron el primer ejemplar de la revista que había nacido de un sueño
imposible y que, con la ayuda de Dios, se convertiría en “el cuco” de la
competencia.
Los editores de Lucha no se preocuparon, porque
creyeron que Fredy Azurdia no tenía la solvencia económica necesaria para
sostenerla mientras se afianzaba en el medio. En la portada —roja— estaban El
Infierno II y Ventarrón, que disputarían sus máscaras. Había resultados de la velada anterior,
entrevistas y reportajes de boxeo y lucha libre, la programación del sábado 16, por Cana7 y la
del domingo 17 de marzo en el gimnasio Teodoro Palacios Flores.
En la página 9, publicamos el primer reportaje
de impacto, en donde recordábamos la noche cuando José Azzari le fracturó la
mandíbula al Infierno I.
Cuando
José Azzari le fracturó la mandíbula al Infierno I
DEL
GIMNASIO AL IGSS
La lucha libre es uno de los deportes más antiguos y más violentos;
desde tiempos antiguos los participantes han sufrido graves riesgos, pues para
lograr una victoria muchas veces tienen que pagarla con sangre o con graves
fracturas. Lo anterior no es más que una
simple relación de la lucha libre profesional y la que practicaban en Grecia,
allá combatían por una corona de laurel y en la actualidad se lucha por ganar
fama y dinero.
Pues bien, como ya es del conocimiento de los aficionados “Box y lucha”
quiere ser una publicación diferente, sus páginas solo llevaran críticas
constructivas, sino que dará preferencia a todas aquellas crónicas de los encuentros efectuados en el Gimnasio,
ya sean de boxeo o de lucha libre: ahora vamos
a hacer un breve narración entre los rivales José Azzari y el Infierno I, que dejó al mexicano con la
quijada fracturada y que no fue precisamente por “descuido” (sic) del Infierno
ni torpeza de su adversario José Azzati, sino por la forma violenta como se
efectúo la lucha.
Ya
nos hemos referido a los peligros que la lucha y cuando se trata del estilo
super libre, son todavía mayores, pues el réferi solo tiene que evitar la
estrangulación directa y no debe
permanecer arriba del ring, dejando que los contendientes se las arreglen como
puedan. Se peleó con tanta violencia que hasta después de haber concluido la
programación se supo del estado de salud del mexicano. Nadie, con escasos
conocimientos de lucha libre podría asegurar
que “fue lesionado recientemente por la torpeza de su adversario. Un rodillazo en la mandíbula le provocó la
fractura maxilar”. (sic).
Nuestra experiencia en esta clase de crónicas no es de ahora. Tampoco escribimos ocasionalmente, por ello
estamos plenamente convencidos de que nadie —ni siquiera el afectado— puede
asegurar que su lesión haya sido por un
rodillazo, pues por la violencia se desplomó sobre la lona y no se dio cuenta de la magnitud del golpe.
Para que ustedes, amables lectores, se den cuenta de que la ética no nos
permite mentir, les mostramos esta nota que recoge los principales momentos
de aquel violento combate.
Editorial
Amigo lector:
Es posible que tú ya estés enterado de mi existencia, desde hace ocho
años me he dedicado a la crónica deportiva, especialmente a la lucha libre y
tú, que semanalmente asistes al gimnasio Teodoro Palacios Flores, has tenido
oportunidad de verme corriendo de un lado para el otro, tratando de estar cerca
de la noticia para servirte mejor.
Quizá recuerdes que hace seis años me lancé a la aventura de crear un
noticiero deportivo con informaciones de boxeo y lucha libre, pero por el
factor que mueve el mundo; dinero, no nos fue posible mantenernos y a los meses
dejamos nuestro querido Ovaciones en radio Quetzal.
A
pesar de nuestras limitaciones económicas, unido a un grupo de cronistas
deportivos, nos hemos lanzado a la difícil aventura de ofrecerte un semanario,
que con el nombre de BOX Y LUCHA, llegará semanalmente a tu hogar llevándote
crónicas, entrevistas y biografías de tus ídolos favoritos.
Queremos hacer un periodismo diferente, y evitaremos hasta donde sea
posible entrar en polémicas estériles que solo sirven para dañar a la lucha
libre y a sus protagonistas.
Criticaremos sus actuaciones para que en cada velada se superen.
Pondremos a tu disposición las secciones “el lector opina”, “escríbele a tus ídolos”, “pocker de
ases”, “la foto de la semana”; en las cuales publicaremos todas aquellas cartas
que nos envíes sin entrar en discusiones contigo.
Puedes estar seguro que nuestro propósito no es lucrar con el trabajo de
los luchadores, sin darles nada a cambio —críticas veraces y constructivas— y
si nos aceptas en tu hogar estaremos satisfechos por haberte dado lo que
estabas esperando.
Prepárate, pues, para sentarte cómodamente a hojear BOX Y LUCHA y, al
leer sus crónicas vive las emociones del boxeo y la lucha libre.
EL DIRECTOR
Para los aficionados que esperaban con ansiedad
los viernes para leer la revista Lucha,
fue una sorpresa que por primera vez hubiera otra publicación similar que les
informara un día antes y nuestra incipiente revista se vendió “como pan
caliente”. Aficionados, colegas y amigos de la colonia Bethania llamaron a la
redacción para felicitarnos y para preguntarnos cuándo saldría el próximo
número. Cuando visitamos las oficinas de
la promotora Espectáculos Internacionales, nos dijeron que les parecía buena
idea que se mantuviera para competir con la otra, pero que por el momento no
tenían presupuesto para financiarla.
Además, a partir de esa semana la temporada de lucha quedaba suspendida
hasta nueva orden, pero nos dijeron que
tomaría en cuenta nuestro proyecto. Al no haber fuente de información, Box y
Lucha dejó de circular.
En ese año, José Azzari y su esposa tuvieron
problemas matrimoniales y Carlos García Urrea, director de Lucha, empezó a burlarse de los luchadores del gimnasio. Por
razones que solo él sabía, escribía críticas destructivas y el empresario, los
luchadores y los aficionados, empezaron a dudar de sus críticas, porque se entregaban en cuerpo y alma en cada
combate, algunas y el experimentado periodista opinaba lo contario.
Algunos fanáticos que creían en él se alejaron
del gimnasio y parecía que la época
dorada llegaría a su fin. Los luchadores entrenaban a mediodía en El Palacio de
los Deportes y yo los observaba desde las gradas de preferencia. Todos estaban preocupados, se notaban desganados y no tenían
interés por superarse, porque la revista Lucha les echaba a perder el trabajo. Un día, antes de empezar el entrenamiento,
José Azzari los reunió y les dijo que era necesario planear algo, pues los aficionados
ya no iban al gimnasio y de continuar así, la empresa podía desaparecer. Ellos se esforzaban por dar buenos espectáculos
y García Urrea decía otra cosa. Todos se
miraban entre sí y murmuraban, pero nadie hablaba. Por fin, Edgar Echeverría pidió la palabra y
dijo que la única manera de contrarrestar los ataques era crear otra revista.
Todos quedaron sorprendidos por la sugerencia y cuando José les preguntó quién
podría dirigirla. Édgar le respondió: “Mike”.
Deliberaron unos minutos, me dijeron que me
acercara y Azzari me preguntó que si aceptaba dirigir una revista para competir
con Lucha, que ya tenía tres años de circular
y que era esperada por los aficionados desde las primeras horas de los
viernes. Había llegado mi oportunidad y dije que aceptaba, pero que se tomara como
base el primer ejemplar de Box y Lucha, y que me permitieran
responder los ataques de nuestros competidores. Nos pusimos de acuerdo y me
dijeron que llegara a la 1ª. avenida, 3-08, zona 10, para discutir mi salario, el
formato que nos serviría para las próximas ediciones y para formar el consejo
editorial. Luis Azzari y Edgar Echeverría nos asesoraron y quedó integrado así: Editor: N.W.A. director:
Mike González; redactores: Kikerman (Enrique Bremermann), El Luchador Azo, y El
comentarista.
Los otros miembros del directorio eran: fotógrafo
Carlos Lanuza, caricaturista: arquitecto,
Francisco Piloña, diagramación: Ismael González y administrador Osman
Tobías. En pocas semanas estuvimos preparados y con la ayuda de Dios, el primer
número salió a la venta el jueves 30 de mayo de 1974. La portada tenía tres
colores, negro, azul y rojo y en el lado
izquierdo de la portada había un dibujo de dos boxeadores, de color azul y en
la derecha, dos luchadores de color rojo. Arriba estaba nuestro lema: revista independiente, veraz y
constructiva, en el centro, con letras rojas BOX Y LUCHA, abajo los días de su publicación. Un poco más abajo, en el lado izquierdo, con
letras azules Sensacional reapertura de
temporada. Completaban la portada los luchadores Killers Kid, Big Mac y José Azzari. En la parte inferior
derecha, el logotipo de Filler´s, el primer patrocinador, en colores rojo y
azul, con letras blancas.
Lo que había nacido en un sueño se convirtió en realidad. Dios nos
había ayudado a vencer los primeros obstáculos y desde ese momento nos
convertimos en el semanario de lucha libre que dividió a los aficionados. Desde
las primeras semanas nos convertimos en los favoritos de los lectores, pues
además del moderno formato y la inclusión de dos colores adicionales nos
permitían competir con la otra. Como
salíamos un día antes que la competencia, su circulación empezó a descender.
CARTA AL LECTOR:
Hace dos meses prometimos entregarte las
crónicas más veraces, las entrevistas más atrevidas y las críticas más
constructivas que revista alguna pudiera ofrecer a sus lectores. Por el cierre
de la temporada de lucha libre creímos oportuno entrar en receso antes de
ofrecerte secciones sin importancia.
Ahora volvemos con nuevos bríos y nuestra primera nota va dirigida a ti,
amable lector, porque sabemos que cuando tuviste en tus manos el primer
ejemplar de “BOX Y LUCHA”, exclamaste jubiloso: “Esta revista es la que hacía
falta en Guatemala; sus posters van a darnos la oportunidad que se nos había
negado; hacer un álbum fabuloso de la lucha libre guatemalteca ¡Bravo por sus
editores..!”.
Aunque nuestra primera edición fue de apenas de cinco mil ejemplares,
gracias a tu amabilidad, amigo lector, todos los ejemplares se agotaron al día
siguiente de su publicación. Lo que
quiere decir que a pesar de nuestra limitación inicial, reconociste que era una
publicación diferente.
Como ya hemos adivinado tus gustos te ofrecemos el segundo número y te
prometemos que, a partir de hoy, llegaremos a tu hogar todos los jueves en las
primeras horas del día. Nuestro deseo no
es lanzar un número excesivamente alto, pero si ahora lanzamos quince mil.
Tenemos fe en Dios para que en un futuro no lejano multiplicar nuestro tiraje.
Trataremos de llegar a lugares donde todavía no saben que “Box y Lucha”
existe, pero no haremos con notas amarillistas ni saturadas de burla, sino con
notas veraces y constructivas. Propósito no es
con el trabajo ajeno —nos referimos a los luchadores— sino ofrecerles críticas veraces y
constructivas que les ayuden.
Evitaremos hasta donde sea posible entrar en polémicas con publicaciones
similares, porque consideramos que la misión del periodista es sagrada y no
debe prestarse a servir a intereses
completamente alejados del deporte.
En cuanto a ti, estimado lector, ya irás encontrando agradables
sorpresas que te harán comprar tu ejemplar cada semana: imagínate que puedes
coleccionar los posters que publicaremos semanalmente y en cuanto estemos bien
organizados veremos la forma de obsequiarte pases para el gimnasio y para canal
7. Por si esto fuera poco crearemos
secciones en las cuales tú puedes salir fotografiado con tu luchador favorito.
Pero no termina allí lo que te ofrece “BOX Y LUCHA”; a tu disposición
estarán las secciones el aficionado opina, escríbele a tus luchadores y
gustosamente escucharemos tus sugerencias para que nos digas que secciones te
gustan y que otras te gustarían ver en futuras ediciones.
Mientras tenemos oportunidad de volver a conversar, recibe un fuerte
apretón de manos de…
EL DIRECTOR
En la
página once estaba la sección ENTRE CUERDAS TE VEAS, ilustrada con
fotos pequeñas de Máscara Negra, Rayo Chapín, El Apache y El Santo. La nota
decía: Bien, amigos, como la temporada de lucha libre se inicia este mes nada
más agradable para quienes hacemos posible este semanario de boxeo y lucha que
iniciar nuestras actividades con secciones que nunca se han escrito en
Guatemala… Guatemala país de la eterna primavera y de los eternos luchadores
guapos no podía quedarse atrás en materia periodística y se ha dado a la tarea
de entregar a sus lectores “BOX Y
LUCHA”, con reportajes nacionales y
extranjeros… Extranjeros sensacionales les dicen a los luchadores guatemaltecos
El Monje Loco y La Fiera que están cosechando muchos triunfos en la República Dominicana. El primer con varios años de residir en esa
bella isla del Caribe, quizá haya sido olvidado, porque aquí se llamaba El
Cuervo…El Cuervo ya no se acuerda de nosotros pero La Fiera nos escribió
recientemente y nos cuenta de sus andanzas por aquellos lares, nos dice que si
ya estamos publicando “BOX Y LUCHA”
saludemos a todos los lectores, sin distinción alguna… Sin distinción
alguna nuestro director publicará todas las cartas de los aficionados para que
expresen libremente acerca de los temas que les parezcan más interesantes…
Interesantes las declaraciones de los promotores de lucha libre, que piensan
reiniciar las programaciones a fines de este mes, porque los amantes de los
espectáculos calientes ya no hayan la hora de sintonizar Canal 7 y asistir al
gimnasio… al gimnasio estaremos llevando nuestro equipo de fotografía para que
las mejores fotos de la jornada adornen las páginas de esta joven publicación
que ya se ha ganado el corazón de los aficionados,,, Aficionados de verdad son aquellos que gritan
a sus favoritos, pero nunca se dejan llevar por las bajas pasiones y agreden a
los rudos con toda clase de proyectiles… Proyectiles explosivos llevarán
nuestras próximas ediciones, pues queremos que nos reconozcan por originales no
por copiones del montón… Montón de cosas que teníamos que contarles, pero nos
vemos obligados a decirles hasta aquí,
porque se nos acabó el espacio.
Nos vemos la semana entrante.
EN
NUESTRO PRIMER ANIVERSARIO
¡MUCHAS GRACIAS,
AMABLES LECTORES..!
Hace un año cuando BOX Y LUCHA vio por primera
vez la luz pública, prometimos entregarte críticas constructivas, crónicas
veraces y reportajes interesantes porque aspirábamos estar en tus hogares todos
los jueves, a primera hora. Entonces
todo aquello parecía un sueño, sabíamos que teníamos que empezar luchando
contra una innumerable serie de factores adversos y solo el vigor de nuestra
juventud nos impulsaba a poner en práctica nuestros conocimientos. Pese a los
negros nubarrones que se divisaban sobre nuestra recién nacida revista,
teníamos fe en Dios; sabíamos que el eterno Creador iba a tendernos su mano
piadosa, y nos lanzamos a difícil aventura de hacer una publicación diferente,
cuya misión sería encontrar motivos para criticar y nunca pretextos para
insultar. Aún cuando ya lo hemos confesado, éramos bastante jóvenes para seguir
adelante, porque tenemos más experiencia
como reporteros de lucha libre, del diario Impacto, y ex corresponsales
de la revista Lucha Libre, de México. La nitidez de nuestras fotografías, hizo que los
aficionados a la lucha libre la buscaran cada jueves y hoy que arribamos al primer aniversario, tenemos la satisfacción
de cubrir los cuatro puntos cardinales de la república.
Como ya nos identificamos plenamente con nuestros lectores todo el mundo
sabe que al adquirir su ejemplar de BOX Y LUCHA, va a tener una reseña
verdadera de lo que sucedió en el gimnasio y nunca va a tener que lamentarse
por no encontrar lo que desea. Los
gladiadores que actúan en el gimnasio Teodoro Palacios Flores —y aún quienes
están en las arenas chicas— adquieren su ejemplar cada semana para saber qué opinión tenemos de
la jornada. En miles de hogares coleccionan nuestros posters y aunque ya nos
hayan imitado, saben que los nuestros continúan siendo los mejores. Semanalmente recibimos cientos de
cartas pero nuestra ética profesional no nos permite publicarlas. Correríamos el riesgo de ser llamado
imitadores y nuestra publicación dejaría de ser constructiva, pero las
responderemos con la cortesía que debe caracterizar a un miembro de la Prensa. Todos nuestros
desvelos hubieran sido inútiles si no hubiéramos encontrado eco en ustedes,
amables lectores, que durante cincuenta y dos semanas han estado esperando
ansiosamente su ejemplar de BOX Y LUCHA a los anunciantes que bondadosamente
confiaron en nosotros.
Especialmente a Filers, que es
calidad selecta, que fue nuestro primer anunciante y todavía sigue confiando en
nosotros.
Con más experiencia, haremos lo posible porque el año que iniciamos hoy
supere lo que hemos hecho y si cometimos algún error, sírvanse disculparnos.
Recuerden que errar es de humanos. Creemos
necesario estrecharnos con un cordial abrazo con quienes hacemos este
semanario: Enrique Bremermann, gerente de publicidad y redactor; Carlos Lanuza,
camarógrafo, Ismael González, diagramador, Osman Tobías, administrador y con el
personal de la imprenta Marroquín, por su constante trabajo en pro de BOX Y
LUCHA, así como a los voceadores. Si en
parte logramos entregar lo que, ustedes amables, lectores esperaban de un grupo
de periodistas jóvenes, nos sentiremos orgullosos de haberlo logrado; si
todavía no han encontrado lo que desean, tengan confianza en nosotros que en
este año vamos a darles algunas sorpresas.
¿Qué otra cosa podemos decirles para agradecerles la confianza que nos
han brindad..?
MUCHAS GRACIAS, AMABLES LECTORES, MUCHAS GRACIAS.
MIKE GONZALEZ
Entre septiembre y octubre, recibimos cartas de muchos aficionados que
nos preguntaban por qué no escribíamos
un reportaje del Coliseo de la Florida, puesto que tenían informaciones
confidenciales de que allí se pagaban salarios bajos y que las instalaciones no
eran adecuados. Se quejaban de los
graderíos que tenían aspecto de gallinero y que Carlos García Urrea continuaba
atacándonos, porque se había dado cuenta que los lectores nos preferían por la
veracidad de nuestras crónicas y porque empezábamos a superarlos en tiraje.
Para no defraudar a miles de seguidores, nuestros compañeros Enrique Bremerman y Carlos
Lanuza fueron al Coliseo y se dieron cuenta de que los aficionados no estaban
exagerando y lo comprobaron con un reportaje fotográfico. En nuestra edición
del jueves 24 de octubre publicamos el
resultado: vestidores y baños en mal estado, sin techo. En lugar de puertas había cortinas plásticas,
unos espectadores estaba de pie y otros subidos en una escalera para ver mejor.
Para evitar polémicas, Enrique Bremermann escribió un reportaje pequeño y los pies de foto, lo decían
todo. Gracias a la cámara de Carlos
Lanuza.
Además Bremerman entrevistó a Ráfaga Verde,
quien dijo cuánto le pagaban Q3 con cincuenta centavos por lucha. Esto motivo que don Carlos nos enviara una
“aclaración” que fue publicada y glosada,
página por página, por nuestro redactor. En esa misma edición. En su leída sección SIN LIMITE DE NOTAS, Kike
decidió asumir la defensa de quienes eran atacados sin motivo. “Por el respeto al público y respeto que la
opinión pública me merecen —empezaba el comentario—, a partir de este número de
“Box y Lucha” iniciaré una defensa de la campaña de desprestigio que contra la actual Empresa y quienes en
ella laboramos, ha puesto en marcha el periodista Carlos García Urrea… Así que
no se extrañen si en algún número nos salimos del tema, pero será solo para
poner al mencionado señor en su lugar”.
Como
continuaron los ataques en Lucha, Enrique
redactó una respuesta, pero para impactar a los lectores, yo le puse el título:
¡BASTA
YA, SEÑOR GARCÍA URREA..!
Por Enrique Bremermann
Nunca hubiéramos deseado convertir a “BOX Y LUCHA” en un órgano de
discusiones públicas, pero el Sr. Carlos Garcia Urrea con sus escritos
completamente falsos y malintencionados ha dado lugar para ellos. De esta
manera, y en resguardo de mi prestigio personal, me veo en la necesidad de
tener que desenmascarar a un lobo con piel de oveja, que aprovechándose de la
buena voluntad y confianza de algunos luchadores guatemaltecos está llevando
agua a su molino. Así, pues, quiero desde ya dejar constancia que el espíritu
que me impulsa no es el de ofender a ninguno de mis colegas y amigos
luchadores, pero lamentablemente al enarbolar la bandera de mi justa defensa,
tendré que pasarme llevando de corbata a algunos de ellos, a quienes,
repito, no es mi intención ofender…
Y ya entrando en materia, deseo decirles amigos lectores, en primer lugar que la Editora de la Revista
“Lucha”, CARMEN ARRIVILLAGA, al divorciarse de JOSE AZZARI, cometió el error más
grande de su vida al poner la dirección de “su” Revista en una persona como el
Sr. antes aludido quien ha sido en varias
ocasiones promotor de Lucha Libre
en el Gimnasio Nacional “Teodoro Palacios Flores”, habiendo fracasado en todas
las empresas en que participó… Esta circunstancia lógicamente lo sitúa en el
bando de los resentidos, frustrados, fracasados, etc. Utiliza la Revista “Lucha” como un instrumento
para descargar toda su ponzoña contra los actuales promotores que han
demostrado ser más capaces que ninguno que haya favorecido con la confianza de
las autoridades Deportivas, en oportunidades anteriores.
A decir verdad, primero que este señor tiene ambiciones empresariales,
de otra manera no se explica el por qué haya iniciado de desprestigio contra
los actuales de la Empresa, y contra todo el mundo, aprovechando la
hospitalidad que CARMEN ARRIVILLAGA le ha brindado en la citada Revista,
motivado por una envidia que le corroe las entrañas, o quien sabe con qué
insospechadas intenciones. La historia de Guatemala está llena de ingratitudes
que ese elemento de la Prensa Nacional ha desatado en contra de varios
deportistas ha quienes ha hecho pedazos con sus críticas malsanas, echando por
tierra el record de aquellos atletas con imposibilidad de defenderse, pues los
periódicos nunca o casi nunca les han
hecho justicia, ante lo cual aquellos han depuesto su actitud defensiva, dando lugar a que el señor García
Urrea se sienta un periodista que impunemente puede hacer lo que le venga en
gana.
No está lejano el caso de Mariano Codonier (Q.E.P.D.) a quien García
Urrea atacó en forma infamante (por
razones que no viene al caso citar, porque sería largo hablar de ello), hasta
reducirlo a la impotencia ocasionándole con esto (los combates públicos), un
trauma que quizá haya sido el que tan
poderosamente haya influido en su posterior conducta, hasta llegar al desenlace
que es de todos conocido. Ahora bien, en este caso el panorama es diferente en
virtud que las páginas de “Box y Lucha” están a favor de los deportistas
agraviados, entre los que estoy incluido, para poder poner en evidencia a este
señor cuando se salga de los límites de la prudencia.
Piensa que puede jugar con la honorabilidad de una persona juega
maquiavélicamente con los tipos de la máquina de escribir. Pues, este Sr. en varias publicaciones ha dicho que quién esto escribe ha entregado
a los luchadores “Los Ciclones” a la Empresa Espectáculos Internacionales en
calidad de apoderado de ellos. (extremo que puedo comprobar en caso de ser
necesario) sino sencillamente amigo de ambos, si no que ellos digan lo
contrario. Pero la carroña de éste Sr. no paró ahí llegó al extremo, (y esto
quizá lo ignoren los luchadores a quienes él, y la Editora de la Revista
“Lucha” Sra. CARMEN ARRIVILLAGA) de
enviar una carta el Coronel Marco Antonio Soto Valenzuela, Gerente de la
C.D.A.G. “quejándose” que entre los señores Luis Azzari, Edgar Echeverría y el
redactor de esta nota golpeamos al amigo periodista Mario Quiñones (sic) quebrándole su cámara el domingo 6 de octubre en
el Gimnasio. Con Mario Quiñones
mantenemos una amistad cordial, de lo contrario que diga si la agresión que el
Sr. García Urrea presume en su carta fue cierta…
Por todo lo anterior y en resguardo de mi prestigio ante las autoridades
deportivas y la opinión pública, (pues no sería dable que después de haber sido Presidente de la Federación de
Federación Nacional de Levantamiento de Pesas y Cultura Física, cargo que serví
durante 10 años con toda voluntad y cariño, ahora viniera por boca de este Sr. a convertirme en un vulgar
sicario y atacar a los miembros de la Prensa Nacional de quienes he sido
siempre he sido respetuoso). Manifiesto que todo lo declarado por el Sr. García
es una solemne mentira que solo él sabe cuáles son sus intenciones…
Es todo por hoy, pero si es necesario, (como dice Raúl Velasco) aun hay
más…