martes, 12 de septiembre de 2017

Historias de lucha libre de Guatemala



De aficionado a reportero de lucha libre


En los primeros días de enero de 1965, El Impacto, uno de los recordados matutinos de la época, anuncio que los lunes publicarían un suplemento deportivo, “con la mejor información del deporte nacional e internacional”. Emocionado, pensé que esa era mi oportunidad para ingresar a un medio de comunicación escrito. Como me gustaba el futbol (me gusta todavía)  pensé que podía escribir crónicas, entrevistas y reportajes, pero recordé que los espacios estaban ocupados por maestros de la crónica deportiva y que nadie iba ponerle  atención a mis notas.  Dios me iluminó, pues, con excepción de Lou Carol (Carlos García Urrea) especialista en lucha libre y boxeo de El Gráfico Deportivo, no había otro en le diera cobertura a la lucha libre.  Yo era corresponsal de la revista Lucha Libre, de México y había publicado una entrevista con el rudo argentino Bobo Salvaje, y le envié una carta al director, Oscar Marroquín Milla y otra al jefe del citado suplemente, José Antonio Mansilla Rosales, y como no obtuve respuesta fui a la redacción del periódico para hablar con el encargado de la sección deportiva

El encuentro fue agradable, porque vivíamos en la colonia Santa Ana y nos conocíamos de vista. Después de un fuerte abrazo, le dije que deseaba incorporarme a la sección deportiva y le llevé una página con la entrevista. La vio de reojo y me dijo que la publicaría y que sería reportero de boxeo y lucha, porque esos deportes tenían muchos aficionados y que llenaríamos ese espacio. Antonio acababa de volver de México, donde había estudiado locución, y me aseguró que tendríamos muchos lectores, pues los otros periódicos sólo hablaban de futbol. Nos despedimos con otro abrazo y yo salí contento, porque iba a ver mi nombre impreso en letra de molde. Publicaron la entrevista con El  Bobo Salvaje —José Armando Costa— e ingresé al grupo de reporteros del suplemento deportivo, a cargo del periodista, locutor,  escritor y pintor José Antonio Mansilla Rosales, el inolvidable Pepe Mansilla, con la colaboración de Justo Rufino Cedillos y las fotografías de don Juan Vera y José Luis Mejicanos.

Así fue mi presentación Contando con la valiosa colaboración del periodista Miguel Ángel González Ortiz, corresponsal de la revista Lucha Libre, de México, a partir de la presente fecha iremos ofreciendo a los miles de lectores de IMPACTO, una serie de entrevistas e información que tiene relación con la lucha libre, uno de los deportes que más gustan en Guatemala. Para iniciar esta serie de entrevistas,  nos permitimos presentar una con el luchador argentino el Bobo Salvaje”. José Antonio Mansilla Rosales.

Entrevista con El Bobo Salvaje

Estas son algunas de sus respuestas: “Nací en Buenos Aires, Argentina, el 31 de julio de1926 y empecé a luchar en 1943 y me pagaron un peso con cincuenta centavos. Creo que soy el peso medio que más ha viajado en América Latina, y mi rival más duro ha sido el Santo, pues nos enfrentamos en la arena Coliseo, Veracruz y Chihuahua. Solo obtuve dos empates y una derrota.  En 1954, en España, le gané el cinturón de peso medio al Lobo de Galicia, pero lo perdí en la revancha.  En 1960 gané el campeonato de peso medio en la arena Luna Park, de Argentina.  He luchado contra El Rayo de Jalisco, El Santo, Dorrel Dixón, Bruno Bardot, Máscara Negra, Arístides Pérez, Máscara Roja, El Rayo Chapín, Los hermanos Espanto, y El Águila Azteca. Mis mejores parejas son: René Guajardo, Celso Sotelo, El Verdugo y otros que no recuerdo”.  





El viernes 26 de febrero de 1965 quería lucir como un gran periodista, me puse mi traje azul y fui al gimnasio como reportero. Al llegar a la puerta principal saqué mi credencial de corresponsal de la revista Lucha Libre de México, se la enseñé al portero y le dije que iba a cubrir la información para el diario Impacto.  Se la llevó a uno de los promotores, minutos después volvió, me entregó la credencial y me dijo: “Pase adelante, joven periodista; vamos a ver si es arrecho para escribir lucha libre”. Era la primera vez que yo ingresaba a ring side y cuando me senté en las sillas de la primera fila, creí que estaba soñando. Le pedí a Dios que me ayudara y saqué mi libreta para empezar a tomar nota de la velada luchística.





¡Había empezado mi carrera como periodista deportivo  en un medio escrito! Recuerdo que estaban luchando El Príncipe Apache y Robin (hermano del Chato Sosa), dos pesos chicos que se empleaban a fondo para lograr el triunfo. Uno de los cuidadores del ring era Lino Alonso, ex compañero de estudios de la escuela República del Paraguay (1944). En la lucha estrella, El Cavernario Galindo le arrebató el cinturón Champion Du Monde al jamaiquino Dorrel Dixon —versión europea del campeonato mundial de peso semi completo—, que una semana antes se lo había ganado al español Celso Sotelo.  Mi titular fue:

Cavernario campeón mundial

En emocionante encuentro, derrotó al titular Dorrel Dixón.


En un encuentro lleno de emociones, el mexicano Cavernario Galindo, se cubrió de gloria, al derrotar al jamaiquino Dorrel Dixon, en el combate que protagonizaron ambos el viernes 26 de los corrientes, lamentablemente el marco que presentaba el Gimnasio Nacional Olímpico, no era el  adecuado para esta clase de eventos. Estaba casi vacío, pues muchas persona pensaron  que El Cavernario Galindo, un veterano de la lucha libre, no sería capaz de vencer al joven y musculoso Dorrel Dixon, que defendía por primera vez su cinturón, y otros, debido al intenso frío que azotó la capital, prefirieron quedarse en casa y leer las crónicas del lunes.

En la primera caída  los contendientes fueron cautelosos y preferían guardar energías para la última.  La excesiva confianza del Cavernario Galindo fue su peor enemiga y perdió al ser sorprendido por una dolorosa  olímpica que le aplicó Dorrel Dixon. Parecía que el combate se definiría en dos caídas, pues el musculoso jamaiquino volvió a tomar la iniciativa, pero Galindo lo sorprendió con un fuerte castigo en las piernas  Dolorosas sillas eléctricas tuvieron al retador al borde de la derrota, pero sacaba fuerzas de flaqueza y empató.  En la caída definitiva  El Cavernario soportó azotones y quebradoras, pero aprovechó un descuido de Dixon y lo venció con una cruceta diabólica.

OTROS RESULTADOS

En la semifinal, José Azzari y Mishima Ota, vencieron a Atila y al Cavernario II.  En la primera lucha El Príncipe Apache le ganó a Robin, en la segunda, Relámpago León y Fantomas derrotaron al Rayo Chapín y a Máscara Negra II.




En esa misma edición escribí un cuento de lucha, dedicado a Máscara Negra (René Hernández),  uno de los técnicos guatemaltecos más famoso de todos los tiempos. *Como el original se deterioró, se le hicieron cambios de forma, no de fondo.

Máscara Negra estaba vengado*

Como todos los viernes por la noche, las camionetas que circulaban por diferentes zonas capitalinas llevaban pasajeros colgados en la puerta de salida y en de entrada.  Empezaba la anarquía en el transporte urbano y los conductores, además de no dar el boleto, obligaban a los usuarios a “acomodarse como pudieran” y algunos atrevidos se colgaban de las ventanillas derechas para no esperar otra media hora.  Era el calvario diario de los guatemaltecos, pero esa noche era diferente porque había un motivo poderoso para no llegar tarde para ver la disputa de máscara contra máscara, al estilo rompe y rasga, entre El Profesor Satán II, de México, y Máscara Negra II, pariente cercano del inolvidable Máscara Negra, René Hernández.

Fue un 19 de febrero y durante toda la semana los periódicos especializados Impacto y El Gráfico, por medio de los periodistas Miguel Ángel González y Edwin Mérida, y por la radio Quetzal, con las narraciones de René Barreda y los comentarios de Enrique Bremermann y por la Tic Tac, el locutor comercial Rigoberto Aldana, el narrador Mario Luis Moscoso y los comentaristas Manuel Marroquín Ortega, Erwin Mérida y Miguel Ángel González, habían cumplido su cometido, porque desde las primeras horas de la noche, el monumental gimnasio Teodoro Palacios Flores “estaba de bote en bote”.

Los vendedores de boletos del mercado negro habían hecho “su agosto” en febrero, porque los boletos a general que costaban 30 centavos, los vendían a tres quetzales.  Quienes vendían ”shuquitos” con salchicha, chorizo o carne asada, no se daban abasto, porque todo el mundo estaba preparado para aguantar las  emociones de la lucha libre.  La espera era interminable.  Quienes tenían mayores posibilidades llevaban radios de baterías y escuchaban a sus locutores favoritos. El ambiente era de locura, pues eran tanto los radios que parecía eco.

A medida que llegaba la hora del esperado combate, la tensión aumentaba y en todos los sectores del gimnasio se escuchaban vivas y hurras para que los promotores le dieran vía libre al acontecimiento deportivo del año.  En el vestidor de los técnicos había mucha tensión y los más experimentados rodeaban a Máscara Negra II y le recordaron que la lucha era al estilo rompe y rasga, y que él todavía no tenía la experiencia la experiencia necesaria para soporta las férreas manos de su rival.

Ya no podía dar marcha atrás y le aterraba la idea de caer en las artimañas del Profesor Satán II, que lo aventajaba en peso y experiencia en disputas de máscara contra máscara.  Si se descuidaba  adiós esperanzas de vengarlo. Mientras se colocaba la máscara negra que lo identificaba como sucesor de un nombre famoso, le pareció ver a su hermano René, con una sonrisa en los labios y el pulgar derecho en alto, en señal de triunfo.  Aquella sombra lo protegería hasta el final, como si fuera un recién nacido.  En un rincón, apartado de las miradas de sus compañeros, se hincó, lanzó su mirada hacia arriba y se puso a orar con fervor.  El movimiento de sus labios y las lágrimas que caían sobre sus mejillas indicaban que estaba reconfortado.
           —Gracias René, nunca pensé que algún día podría pareja contigo, y si crees que los empresarios acepten, te lo agradezco de antemano.

Ese diálogo familiar se vio interrumpido por la esposa de Máscara Negra que decía:

          —¡Apúrate René! Que ya casi son las siete y recuerda que esta noche tienes que enfrentar al Profesor Satán

Sin embargo aquella promesa de hacer la pareja de los hermanos Máscara Negra, nunca sería realidad, porque después de ese violento combate con el Profesor Satán Mascara Negra saldría gravemente golpeado y a los pocos días moriría.  Eso había sucedido hacía un año, y desde entonces en la mente de Máscara Negra II solo había un pensamiento: Vengar a su hermano. Había esperado un año, ahora solo tendría que esperar unos segundos.  Sus pensamientos se vieron interrumpidos, por una voz que decía desde afuera “¡Máscara Negra! ¡Máscara Negra ¡Apúrate la primera lucha ha terminado”!

          —Gracias, ahora salgo.
        
Cuando el enmascarado negro hizo su aparición, los aficionados se pusieron de pie para aplaudirlos y para desearle buena suerte. Por todas partes estallaban cohetes para darle la bienvenida; dos niños enmascarados —vestidos de negro—  acompañaban a Máscara Negra II, quien caminaba a la par del técnico Máscara Roja, quien estaría en la esquina para aconsejarlo en ese difícil combate. Después de las recomendaciones de rigor, todo el mundo guardó silencio para escuchar del anunciador: “¡Segunda lucha de la noche, al estilo rompe y rasga.  En esta esquina el terrible rudo mexicano, El Profesor Satán. En la otra, el sensacional técnico guatemalteco Máscara Negra II”!

El reloj marcaba las 21:37 cuando el réferi Fernando Castillo Vega dio la orden de entrar en acción. Los contendientes se lanzaban miradas de odio y se movían de un lado para otro para sorprender al rival.  Satán aprovechando su mayor complexión física se lanzó al ataque y trataba quitarle la máscara al rival, pero éste respondía con candados al cuello y tirantes a los brazos. Para neutralizarlo, Satán lo tomó del brazo derecho y le aplicó látigos irlandeses para debilitarlo. El público respondía con gritos de aliento, para que Máscara Negra rompiera el castigo y poco a poco empezaron a verse toda clase de llaves y castigos: piquetes a los ojos y golpes bajos, pero nadie se entregaba.

          “¡Dale, Máscara Negra —gritaban unos—, demostrale a ese pinche güey, como somos los de La Palmita”!

          “Enseñale a ese charrito que los guatemaltecos somos de a sombrero y que vaya a echar pulgas a su tierra”

El guatemalteco era estrellado en los postes y cuando el azteca se disponía a despejarlo de la máscara, vio que una silueta transparente lo ayudaba.  Era máscara Negra en acudía a ayudar a su hermano menor que estaba en apuros.  Al ver aquella súbita aparición, El Profesor Satán se asustó y lo soltó. Antes de que se repusiera de la sorpresa, el menor de los Máscara Negra lo estrelló en los postes, le dio patadas voladoras en el pecho y en el rostro, hasta dejarlo bañado en sangre. Lo llevó al lado sur y sus férreas manos convertidas en tenazas de acero, le aflojaron la correa de la máscara y la amarró en la tercera cuerda. Para tomar aviada, corrió hacia el norte y se elevó para lanzarle patadas voladoras en el pecho. Al recibir el impacto, Satán fue expulsado del ring y su máscara quedó trabada entre las cuerdas.

El público invadió el cuadrilátero para abrazarlo, sudaba a mares, pero los aficionados lo bajaron cargado y lo pasearon en el gimnasio.  Era la “vuelta olímpica” para que quienes estaban lejos pudieran admirarlo. El chico se había portado como un héroe y gozaba al escuchar las voces de júbilo de sus seguidores.

Los narradores y los comentaristas de las radios Quetzal —René Barreda y Enrique Bremermann— y Tic.Tac —Mario Luis Moscoso, Rigoberto Aldana. Manuel Marroquín Ortega, Erwin Mérida y Mike González— se habían contagiado de la algarabía y no encontraban palabras para describir tan magno acontecimiento y recordaban que en deporte, como toda actividad que genere competencia no hay enemigos a muerte, solo rivales momentáneos que emplean sus conocimientos para lograr el triunfo.

Es mejor perder porque el rival fue superior y no buscar la victoria utilizando recursos innobles, pues muchas veces causan heridas, fracturas o golpes que pongan en peligro la vida del adversario, pero esa noche —desgraciadamente— no era sólo una disputa de máscara contra máscara, sino un deseo de venganza.  El Profesor Satán I le había causado la muerte —tal vez sin mala intención— a Máscara Negra uno de los luchadores de Guatemala y Máscara Negra II quería vengarlo aún a costa de su sangre.

El gimnasio continuaba convertido en un manicomio; los aficionados de general sur y los de preferencia se saltaban la malla para conocer el rostro del Doctor Satán II que se había refugiado en los vestidores, y para saludar al nuevo ídolo.  Poco a poco se fueron apagando las luces del gimnasio para que los aficionados lo desalojaran. En los vestidores de los técnicos había fiesta, porque uno de sus compañeros había ganado:

“Estuviste bien, Salvador” —le decían quienes le tenían más confianza—, porque se llamaba Salvador Garoz Barrios.  “Fuiste valiente y salvaste el prestigio de la lucha libre guatemalteca” —le decían otros—.  “Estábamos arralados, porque empezaste muy flojo, pero fuiste arrecho” —agregaban otros—  “Se van a quedar babosos —les dijo el triunfador—, pero cuando ya no daba una y las fuerzas me abandonaban vi a mi René y me dio confianza para contrarrestar las rudezas de ese señor. Mi hermano hubiera estado feliz si me hubiera visto”.

Tenía razón, Máscara Negra podía descansar en paz porque estaba vengado. Atrás del gimnasio estallaban cohetes y bombas, mientras los ayudantes de las camionetas y de los ruleteros que recorrían diversos puntos de la ciudad atraían a sus clientes con sus gritos destemplados:  “Guajitos”, “Colonia”, “San Vicente”, “Bethania”, “Roosevelt”, “Carabanchel”,  “Parroquia”, “Jocotales”.




El viernes 5 de marzo fue la presentación estelar de José Azzari, sub campeón panamericano de lucha olímpica y de Jorge Mendoza, doble campeón latinoamericano de lucha olímpica. En lucha estelar, José Azzari supo combinar sus conocimientos de lucha olímpica y libre para derrotar al experimentado Cavernario Galindo.

Azzari Venció al Cavernario
El guatemalteco se impuso, al ser descalificado su rival

Después de presenciar la sensacional lucha de relevos, entre  los técnicos Jorge Mendoza y Halcón Peruano contra los rudos Wiliulfo el Bello y Fantomas, creí que la lucha estelar, sería aburrida, ya que tanto el Cavernario Galindo, como José Azzari brindaron la lucha más sangrienta de los últimos tiempos, ya que al finalizar el combate ambos estaban totalmente bañados en sangre.

La primera caída no tuvo nada relevante, pues solo vimos unas dobles Nelson de Azzari, que eran neutralizadas por El Cavernario.  Cuando Azzari se dio cuenta que el villano se las ingeniaba para salir del castigo, cambió de táctica ganó la primera caída con una quebradora. En la segunda caída, El Cavernario emuló la hazaña del viernes anterior e hizo de las suyas con José y lo castigó para debilitarlo y con un doloroso castigo a los brazos empató las acciones.

En la  tercera caída, la sangrienta, Azzari trató de llevarse la victoria aplicando quebradoras, codazos y golpe en los costados, que dejaron mal parado a su oponente, pero éste haciendo honor a su mote, aguantó el castigo como los buenos y respondió estrellándolo en los postes, hasta dejarlo bañado en sangre.  Todo parecía indicar que El Cavernario y estuvo a punto de lograrlo, pero no contaba que el rubio luchador guatemalteco le pagaría con la misma moneda, lo tomó del cabello y lo estrelló varias veces en los postes.

          El hombre de las cavernas empezó a sangrar.  Esto lo llenó de cólera y la emprendió  contra Azzari, pero, el eterno pero, se excedió en marrullerías, castigándolo en partes prohibidas, por lo que fue descalificado por el árbitro Sammy Samperio, que le dio la victoria al técnico guatemalteco.  

Otros resultados

En la semifinal, Jorge Mendoza  y el Halcón Peruano derrotaron a la pareja integrada por el debutante mexicano Wiliulfo el Bello y Fantomas. En la tercera lucha, El Asesino venció a Máscara Roja, en la segunda, Rayo Chapín y Relámpago León empataron.  En la preliminar, El Salvaje le ganó al Tiburón.




Luchadores de Guatemala
Príncipe Apache, un rudo simpático

Entre los nuevos valores de la lucha profesional, El Príncipe apache ocupa un lugar preferente, pues a pesar de ser rudo no es desalmado como la mayoría, sino que conoce la lucha técnica y la aplica algunas veces, sin olvidar, desde luego, que es rudo.  Por eso lo llamaremos un rudo simpático. Para que nuestros lectores sepan cómo se inició, llegamos a la empresa Espectáculos Profesionales, donde conversamos un poco y estas son alunas de sus respuestas: “Nací en Puerto Barrios el 2 de agosto de l941.  Practiqué lucha olímpica con el recordado René Hernández, Máscara Negra.  Mi primera lucha en el estilo profesional fue contra El Rayo Chapín y me descalificaron por excederé en rudezas. Yo era enmascarado y me conocían como Huracán Díaz. De esa lucha surgió una rivalidad con El Rayo,  lo desafié a una lucha de máscara contra máscara, y pedí. Entonces adopté el nombre de Príncipe Apache”.
       
“En mi larga carrera he tenido rivales de muchos países —continúa— y trataré de enumerar a algunos, poco a poco: Máscara Roja, campeón centroamericano y del sur de México, peso welter, Rayo Chapín, campeón de América del Sur, peso welter, Máscara Negra II, Pantera Negra Raúl Valencia, campeón de la Cosa Sur, peso ligero, Relámpago Chávez,, El Águila Azteca, El Infernal, de Honduras, Bruno Bardot, de Francia, El Águila Migueleña.  Durante mis giras a Panamá me enfrenté a los mejores técnicos.  Todos mis rivales han sido duros, pero el más difícil es El Rayo Chapín.  He puesto en juego mi cabellera cuatro veces.  Desenmascaré al Ciclón Negro, El Caballero Azul, Pantera Negra —no era Raúl Valencia—, y le gané la cabellera al Osito de Peralvillo”.

“Mis mejores parejas —concluye El Príncipe Apache— Gori Casanova, El Bobo Salvaje, Luthor y El Cavernario II, pero me he acoplado mejor Con Gori Casanova y con El Bobo Salvaje. En relevos australianos, ellos han sido mis compañeros ideales. Uno de los mejores recuerdos de mi vida fue cuando le gané la cabellera al Osito de Peralvillo.  El peor recuerdo de mi vida fue cuando perdí ante Máscara Negra II, en una disputa de máscara contra trofeo.  Mi mayor ilusión es enfrentarme al Rayo Chapín en disputa del cinturón welter de América del Sur.  Creo que el mejor técnico de todos los tiempos es El Santo y el mejor rudo es Ray Mendoza.  Antes de empezar a luchar admiré al campeón nacional,, Arístides Pérez, en la actualidad admiro al Rayo Chapín. El mejor rudo de Guatemala es El Asesino, campeón de Centroamérica y del sur de México, peso medio”.

Esta es, en breves líneas, la actividad desarrollada por uno de los jóvenes de la nueva generación que está escalando, en forma asombrosa, la cúspide de la popularidad en el difícil de la lucha libre profesional.  El camino es bastante duro, pero cuando se tiene la valentía del Príncipe Apache, el triunfo llegará tarde o temprano.  Pues un luchador de su clase, aunque sea rudo, lo merece todo.

          


El viernes 13 de marzo El Rayo Chapín expuso el cinturón de campeón welter de América del Sur ante el rudo Relámpago León.  La velada estuvo deslucida por la incomparecencia de algunos contendientes.

RELAMPAGO GANO, RAYO PERDIO
Relámpago León logró título welter  de Sud – América

Aproximadamente unas cuatro mil personas se congregaron el viernes en el Gimnasio Nacional Olímpico para presenciar una de las más atractivas veladas de lucha libre, ya que se disputarían dos cinturones y una cabellera.  Desafortunadamente la velada estuvo bastante mala, primero porque el tan anunciado Iscariote no se presentó para el combate estelar y segundo porque el titular del sur de México y Centroamérica, el Asesino, tampoco llegó, perdiendo el cinturón por incomparecencia ante el retador, el Halcón peruano.

El desenlace de la disputa de cabellera contra cinturón entre El Rayo Chapín y Relámpago León no fue del agrado de los seguidores del enmascarado azul.  Un error del réferi, Sammy Samperio fue factor determinante para la victoria del azteca, porque en la segunda caída El Rayo sorprendió a su rival con un ángel desde la tercera cuerda y lo dejó con la espalda en la lona.

Al empezar la fatídica cuenta, que decretaba la derrota del rudo, éste detuvo la mano del réferi para evitar que contara los tres segundos reglamentarios.  Esta maniobra descontroló al enmascarado guatemalteco que fue sorprendido  con una quebradora en alto.

Otros resultados

En la semifinal, el Cavernario Galindo  y Atila  brindaron un espectáculo que mantuvo de pie a los aficionados. Al final quedaron extenuados fuera del cuadrilátero y el réferi Sammy Samperio declaró empate.  En la primera lucha de la noche, Robín le ganó al Príncipe Apache, en la segunda, Jorge Mendoza venció a Rudy Casanova por descalificación. Fue la presentación del boxeador nicaragüense, radicado en Guatemala, Fernando Castillo Vega.




El viernes 19 de marzo se efectuó la disputa del cinturón Champion Du Monde entre el campeón Cavernario Galindo y el retador José Azzari. Al final de tres emocionantes caídas, el triunfador fue el técnico guatemalteco.

Azzari Campeón Mundial
En Emotivo Combate Venció al Cavernario Galindo
Ulises y Máscara Roja ganaron

En una jornada llena de emociones, el exluchador olímpico José Azzari se cubrió de gloria al coronarse Champion Du Monde (campeón del mundo de peso semicompleto, versión europea), al vencer al Cavernario Galindo.  El encuentro satisfizo a quienes asistieron al Gimnasio Nacional Olímpico, de la ciudad de Guatemala, el viernes último.

Azzari tomó la iniciativa con candado al cuello y estrellones en los esquineros.  Galindo soportó el castigo y respondió con piquetes a los ojos y ganó la primera caída con una cruceta diabólica.  En la segunda caída El Cavernario volvió más violento y trató de ganar dos caídas al hilo e insistió con el mismo castigo, pero José logró recuperarse, recordó sus tiempos de luchador olímpico y buscó la lucha a ras de la lona. El cambio le dio resultado y empató con un puente y toque de espaldas

En la tercera caída, el guatemalteco echó mano a todos sus recursos y combinó la lucha técnica y la ruda para poder vencer a su fuerte rival, que defendía el cinturón hasta con las uñas, pero finalmente dejó el cinturón ante el joven monarca, José Azzar.  En la caída decisiva, El Cavernario pareció inclinar la balanza a su favor, al estrellar a José contra los esquineros.  Tras soportar los golpes, Azzari lo imitó y lo estrelló en los esquineros hasta debilitarlo y lo venció con toque de espaldas.

Al terminar la cuenta de tres segundos, El Cavernario se enojó, inconforme con el fallo,  derribó al réferi Ricardo López con un derechazo a la mandíbula.

Otros resultados

En la lucha semifinal, los técnicos Ulises y Máscara Roja, en un derroche de llaves, derrotaron a los odiados rudos El Iscariote y Rudi Casanova.  En la primera lucha, El Salvaje superó a Taras Bulba, en la segunda, Relámpago León fue descalificado al excederse en rudezas ante Jorge Mendoza y en la tercera, El Chato Sosa le ganó al Halcón Peruano.




El viernes 26 se enfrentaron Santo, el enmascarado de Plata y el temible rudo el Chacal, que se entregaron con todo para bajar con la diestra en alto.

SANTO LE GANO AL CHACAL
LA SANGRE LLEGO AL RIO. COMBATE ABURRIDO

Seguramente la velada del viernes anterior, pasará a la historia como la velada más aburrida que se recuerda en la historia de la lucha libre profesional. Decimos esto porque ninguno de los 6.000 espectadores que se dieron cita en el Gimnasio Nacional Olímpico, salió satisfecho con el combate estrella, tan pomposamente anunciado.  Para la lucha estrella se había anunciado la presentación del fabuloso enmascarado de plata El Santo, quien dicho sea de paso ofreció la peor lucha de su carrera, que contrastó con la gran cantidad de público que asistió para  aplaudirlo.

El luchador “sorpresa” del combate estelar fue la primera sorpresa desagradable de la noche, pues todos esperaban  un luchador de clase que brindara buena pelea al Santo y éste resultó ser el veteranísimo Chacal, de El Paso, Texas, y para colmo de males se presentó enmascarado, lo que provocó que el promotor Oswaldo Johnston subiera al ring para quitarle a máscara.

El Final fue deslucido, porque en la tercera caída  El Chacal noqueó al réferi el Argentinito Ricardo López y la emprendió a puñetazos contra el enmascarado.  Enseguida subió al cuadrilátero Sammy Samperio y lo descalificó.  El Chacal, enfurecido, enfurecido, le lanzó otro derechazo al rostro y lo dejó tendido en la lona. El final no fue del agrado del público y le silbó al enmascarado de plata.

Otros resultados

En la primera lucha, Relámpago Chávez le ganó a Kahuma; en la segunda, El Rayo Chapín y el Chato Sosa empataron, en la tercera.  Jorge Mendoza y Relámpago León también empataron; en la semifinal, el réferi Fernando Castillo, que hizo su primera presentación y estuvo a punto de ser linchado por enfurecidos fanáticos que lo agredieron, inconformes por su parcialidad a favor de los rudos El Iscariote y Rudi Casanova. De no haber sido por la oportuna intervención de la Policía, el resultado hubiera sido peor para Fernando Castillo Vega, porque los fanáticos querían cobrarse lo que les había hecho a los técnicos. La victoria fue para Ulises y Máscara Roja. ¡No solo en el futbol hay fanáticos violentos!




Hacemos otro breve paréntesis para comentar el inesperado deceso del gran luchador Édgar Echeverría, una de las glorias de la lucha libre guatemalteca.
¡Edgar Echeverría ha muerto!
Los Fugitivos, rudos que se presentaban en el cuadrilátero con pantalón y chumpa de lona, enardecían a los aficionados, porque no se andaban con rodeos para castigar a sus rivales.  Aunque los tres eran buenos, el uno se distinguía por su estatura, su cuerpo atlético y por su forma de luchar.  Cuando las circunstancias lo permitían aplicaba vistosas llaves.  Aquella tarde cuando perdió la máscara ante Mazámbulla y apareció el rostro del joven universitario Édgar Echeverría, todo el mundo pensó que sería el final de su corta, pero exitosa carrera. “Cuando un luchador pierde la máscara —es la creencia popular— termina su carrera, pues los aficionados lo olvidan pronto”, pero Édgar, igual que Alejandro Cruz (Black Shadow), empezó a destacar como técnico y con el tiempo se convirtió en uno de los tres luchadores sin máscara más famosos de todos los tiempos: Arístides Pérez y José Azzari.

Édgar el Nene, como le decía Jose Azzari, pertenece a una familia de profesionales; don Adán Echeverría y doña Clara Luz Guevara, estudió derecho y solo le faltaba el examen oral y público para obtener el título de abogado y notario, pero no terminó sus estudios, porque llevaba el deporte en la sangre y dedicó su vida al levantamiento de pesas y a la cultura física, en donde destacó y ganó varios trofeos.  También le gustaba la lucha libre y empezó a entrenar con dedicación, sin saber que llegaría a ser uno de los mejores.  Después de algunos meses decidió lanzarse al cuadrilátero, se puso el nombre de Máscara Verde y fue contratado por empresarios salvadoreños.  Su actuación satisfizo a promotores y aficionados, porque era un técnico que impresionaba por su contextura física y por la efectividad de sus llaves.  En Guatemala fue anunciado como la nueva sensación, pero por razones que no se dieron a conocer, empezó a luchar como El Fugitivo uno.

En l972, Rafael Lanuza, productor y director de cine se asoció con Rogelio Agrasánches y filmaron varias películas en Guatemala. Édgar Echeverría participó en Superzán y el niño del espacio, El robo de las momias de Guanajuato, Leyendas macabras de la Colonia, La mansión de las 7 momias y fue co-estelar en Una rosa sobre el ring. Trabajó al lado de de los mexicanos Arturo Martínez, Crox Alvarado, David Silva, Lorena Velásquez, María Cardenal,  y los luchadores Mil Máscaras, Blue Demon y Tinieblas, y de los guatemaltecos Claudio Lanuza,  María Luisa Salazar Maisa, Enrique Bremermann, René Barreda, Rolando de León, Carlos Bran, Fulvio Echeverría, su hermano (luchador conocido como El Hombre Araña), Fredy Pecherelli El Fantasma Blanco y otros.

Su muerte, acaecida el 9 de diciembre de 2013, hizo que luchadores, de distintas épocas lo velaran en la iglesia cristiana Central (donde se había casado años atrás) hizo que luchadores, réferis, aficionados y amigos lo acompañaran en el último viaje.  Édgar He Man Echeverría, el héroe de la lucha libre que durante su exitosa carrera ganó máscaras, cabelleras, cinturones y trofeos, que muchas veces bajó del cuadrilátero con el rostro bañado en sangre por la violencia del rival, perdió la última lucha.  Basado en sus principios cristianos, enfrentó a la muerte con valor e hidalguía, no dio ni pidió tregua.  Cayó con la frente en alto, como mueren los valientes, confiando en las palabras de Jesús: “Yo soy la luz, el camino, la verdad y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá.  Los que lo aplaudieron en los cuadriláteros, hoy lloran su partida. ¡Hasta pronto, Édgar!
El viernes 3 de abril, se llevó la inesperada lucha de máscara contra cabellera entre el Santo y El Chacal, que también apostaba su sueldo.  El ganador fue el Santo, quien tuvo que trabajar horas extras para doblegar a su odiado rival.

Rápido Combate
Santo retuvo su identidad dejando pelón al Chacal

La gran expectación que había el viernes pasado, en el Gimnasio Nacional Olímpico, la había constituido el gran combate, entre el enmascarado de plata, Santo que jugaba por 26ª. vez su codiciada máscara de plata, ante el rudísimo Chacal que se sumaba esa noche a la interminable lista de retadores que durante 25 años habían querido revelar la identidad del Santo, sin lograrlo, en cambio dejó su cabellera ante el famoso enmascarado, pero para ello debió emplearse a fondo para evitar una posible derrota.

Brillante reaparición de Mishima Ota

La reaparición del maravilloso técnico japonés, Mishima Ota, fue un  verdadero acontecimiento, que sirvió no solo  para demostrar su gran calidad, sino que ratificó la rivalidad existente entre el nacional Máscara Roja y el mexicano Rudy Casanova, que seguramente deberá definirse en un combate de máscara contra cabellera.

Otros resultados

En la segunda lucha de la noche, los técnicos Ulises y Jorge Mendoza fueron descalificados ante los rudos Relámpago León y Chato Sosa, que fueron impotentes para responder el ataque de los técnicos.  En la primera lucha de la noche Robin le ganó a Pedro El Gitano.




El viernes 23 de abril se presentaron dos luchadores mexicanos, que venían precedidos de gran fama, pero a la hora de la verdad, sólo uno la demostró.  En la crónica del lunes 26 escribimos este titular.

HAM LEE NO CONVENCIO. DICK ANGELO, UN RUDAZO
Aunque los comentarios precedentes eran buenos, solo uno de ellos respondió

Los comentarios de los últimos días eran en torno  a los nuevos luchadores mexicanos, pues ambos venían precedidos de gran fama, sin embargo, sólo uno de ellos la justificó y aunque parezca raro quién logró convencer y demostró que es un pancracista que domina con mucha habilidad este difícil deporte: Dick Ángelo.  Este tremendo rudo impresionó con el diseño de su indumentaria —amarillo con café— y su máscara, donde resaltaba el diseño donde simula unos aterradores dientes. Tiene condiciones para convertirse en uno de los mejores rudos de la temporada  El oriental Felipe Ham Lee estuvo desconocido. Estamos seguros de que si hubiera sido enmascarado, nadie hubiera creído que era él, pues lucho mal, muy mal.  Esa lucha fue ganada por los técnicos José Azzari y Ham Lee, pero por momentos se vieron mejor los rudos Dick Angelo y Atila.

Otros resultados

En la semifinal Máscara Roja y Ulises fueron descalificados por aplicarles golpes prohibidos a Relámpago León y al Iscariote. En la segunda, Mishima Ota venció al Chato Sosa y en la primera, Rayo Chapín le ganó al Inocente.




En la edición de Impacto del sábado 6 de mayo, publicamos una entrevista en la cual Dick Angelo desafiaba a José Azzari..  Estas son algunas de sus respuestas.

DICK ANGELO LANZA RETO A JOSE AZZARI
Dick Angelo el rudazo del momento nos dijo: “Quiero llevarme el cinturón de José Azzari.  No creo que sea de mi talla”.

“He venido a Guatemala con un propósito: llevarme a mi país el cinturón Champion Du Monde —versión europea del campeonato mundial semicompleto— que posee José Azzari. Por referencias que he tenido, creo que este muchacho José Azzari es el mejor, pero no lo he visto luchar hasta la fecha. Que lo vea o que luche con él, podré darle mi opinión. Ahorita sólo puedo decirle que si yo me he atrevido a menospreciarlo, a hacerlo de menos, es porque en todos los países donde he luchado me gusta ser el mejor. Estoy seguro que José Azzari no expondría su cinturón de Champion Du Monde frente a mí, porque no tiene clase como se lo ha hecho creer el público. Además, soy superior a él.  No lo creo, lo soy. Creo que ese muchacho José Azzari es bueno, pero todavía no lo he visto luchar hasta la fecha. Que lo vea luchar o que luche con él, podré dar mi opinión.  Ahorita solo puedo decirle que si yo me atrevido a menospreciarlo, es porque yo en todos los países donde he luchado me gusta ser primero yo, después yo y siempre yo. No tengo nada más que agregar, únicamente agradecerte la entrevista y felicitarlos por el bello país que tienen,  espero responder a todas las atenciones que me han brindado y ofrecerles buenas luchas. ¡Hasta pronto”!




La velada del viernes 7 de mayo tuvo  doble atractivo: en la lucha estrella Ham Lee y Ulises se enfrentaron a Sombra Verde y a Chanoc.  En la semifinal Máscara Roja tuvo una prueba de fuego ante el boxeador nicaragüense Fernando Castillo Vega, gran rival del ídolo guatemalteco, Willard Junior.  El titular se lo dedicamos a los estelares.

Ham Lee y Ulises Vencieron a Sombra Verde y a Chanoc
Los técnicos ganaron al ser descalificados los rudos.

La lucha del viernes sirvió para que Ulises, el maravilloso luchador de Acapulco demostrara una vez más que Chanoc no es más que una leyenda que pertenece al pasado, y que aún en parejas o individuales puede vencerlo a base de  de lucha de alta escuela técnica y que todo lo que se había dicho en torno suyo no es verdad.  El domingo recién pasado, al quedar ambos de finalistas del torneo relámpago, Ulises derrotó categóricamente a su “verdugo”.  Por si hubiera dudas de su triunfo, el viernes demostró que Chanoc no puede vencerlo en parejas, pero no solo sino con ayuda de su compañero.

En una pelea que no debió realizarse, Fernando Castillo Vega noqueó a Máscara Roja.

La lucha semifinal de la noche no debió realizarse, porque desde el principio ambos violaron las reglas. Debieron descalificarlos y no fue así. En la última caída-round, Fernando castillo Vega aprovechó una discusión entre su rival y el árbitro y lo noqueó. El enmascarado del “codazo atómico” recibió un golpe certero que lo envió a la lona. Los “seconds” de Máscara Roja, Ulises y José Azzari, lo ayudaron a levantarse. En vano fueron las protestas de Máscara Roja.  El fallo estaba dado y los fallos del árbitro son inapelables.  




El domingo 16 se disputó en forma inesperada el cinturón Champion Du Monde, entre José Azzari y el retador Ham Lee. En la edición del jueves 20 de mayo, lo resumimos así:

José Azzari Retuvo Cinturon Mundial
En un combate donde solo hubo lucha técnica, Azzari retuvo el cinturón Champion Du Monde, al vencer a Ham Lee.

En un encuentro sorpresivo, José Azzari derrotó al “Dragón de Oro”, Ham Lee, para defender por segunda vez su preciado título Champion Du Monde, versión europea del campeonato mundial semicompleto.  Seguramente esa disputa haya sido la más sorpresiva, pues nadie esperaba que se pusiera en juego el cinturón contra Ham Lee, si el que está buscándolo es nada menos que el tremendo rudazo Dick Angelo.  Sin embargo, contra todos los pronósticos, se efectuó este encuentro que ganó merecidamente José Azzari.

En sangriento combate, Chanoc, Dick Angelo y Sombra Verde despedazaron a los ídolos Ulises y Jorge Mendoza

En la lucha estrella, la tercia de villanos, Chanoc, Dick Angelo y Sombra Verde, derrotaron ampliamente a los técnicos Ulises y Jorge Mendoza, que terminaron totalmente bañados en sangre.  Por la traición de Sombra Verde.  Como era relevo uruguayo, debía ayudar Ulises y a Jorge Mendoza, por haber ganado la primera caída, pero decidió aliarse con los rudos. Al finalizar la lucha, los rudos se encaminaron a la mesa de los jueces, para pedirles un combate entre Dick Ángelo y José Azzari para disputar el cinturón Champion Du Monde.  En ese momento no estaba el juez, sólo los locutores de Radio Quetzal, René Barreda y Enrique Bremermann, y Angelo ratificó el reto que le había hecho a José Azzari, por medio de IMPACTO.

Justos pagaron por pecadores

Algunos, enardecidos por la forma que habían sido tratados sus ídolos, la emprendieron contra los locutores de Radio Quetzal, que en vano trataban de explicarles que no eran los jueces y que si estaban ahí era para narrar los la lucha. Mientras ellos se ponían a salvo de los proyectiles, entrevistamos a René Barreda y esas son algunas de sus respuestas: “Muchas gracias, Miguel Ángel por esta entrevista para El Impacto, que lo leen los cinco millones de guatemaltecos.  En todas partes del mundo hay público culto e inculto y los que sufren más son personas inocentes. El problema es de los jueces, no de nosotros.  Venimos a distraer a los numerosos aficionados que escuchan Radio Quetzal”.

Enrique Bremerman dijo: “La actitud del público ha dejado mucho qué desear, pues desde hace varios días tomamos posesión de esta mesa  para llevar las transmisiones en mejor forma.  Los rudos vinieron a reclamar y como el juez no estaba, la emprendieron contra nosotros, que no tenemos nada que ver con los promotores, ni con las decisiones del juez Horacio Velásquez. Hay inconformidad en el personal de radio Quetzal, por la forma cómo se portó el público contra nosotros, pensando que éramos los jueces”.




En la edición del miércoles 19 de mayo del diario Impacto, publicamos una entrevista con Chanoc y estas son algunas de sus respuestas

Chanoc, el ídolo de Acapulco
A pesar de haber perdido el cinturón de campeón de México, llega a Guatemala para demostrar sus grandes condiciones como luchador

“Mi primera lucha la hice en 1960. Mi primer rival fue un luchador de Acapulco llamado Charro Valdez, a quien le gane. En 1963 me coroné campeón de México, peso ligero, al vencer a Juan Díaz, en el puerto de Acapulco. A los dos meses de haberme coronado campeón le di la revancha y no pudo ganarme. El 1 de noviembre de 1964 perdí cinturón ante Ulises en la arena México. Ulises se fue para Guadalajara y lo seguí, me dio la revancha y después de un emotivo combate, perdí por descalificación. Pero yo no quedé conforme y volvimos a disputar el cinturón y lo gané. Ulises es un gran luchador. Desde la primera vez que nos enfrentamos tuve problemas con él, tiene mucha elasticidad y puedo decir que es uno de los rivales que más lata me ha dado. En la primera lucha que tuvimos la vi dura y para mí ha sido satisfactorio porque he salido avante varias veces…”.

“Al principio Ulises era enmascarado y en una disputa de máscara contra máscara, lo di a conocer y dijo llamarse Delfino Spíndola Serrano. Vengo en plan de conquista y quizá a gustar, ¿No? Gané la máscara de Máscara Dorada y las cabelleras de Ulises, El Zorro de Acapulco, Mishima Ota, Rodolfo Ruiz, en lucha de máscara contra cabellera, y otros que no recuerdo. Mi compañero ideal es El Capitán y ostentamos los cinturones de peso medio del estado de Guerrero. El mejor técnico de todos los tiempos es El Rayo de Jalisco y el mejor rudo, René Guajardo”. Al preguntarle por el mejor técnico de Guatemala responde: “Pues ahorita no me he dado cuenta. Acabo de llegar, pero si he oído hablar bastante de ese luchador José Azzari. Es el que más he admirado de esta bella Guatemala. Mi mayor ilusión es ir por el cinturón welter, que es más o menos el peso que tengo ahora. Aunque me parece algo difícil sostener un duelo con Huracán Ramírez, pero querer es poder y vamos a hacer lo posible.  Estoy para servirte y cuando me necesites estoy a tus órdenes”. 







































En l970, hubo licitación para escoger al empresario que llenara los requisitos y el ganador fue Ricardo Figueroa, de Mazatenango, y su primer paso fue llamar a los mejores luchadores guatemaltecos, entre los que recordamos a Máscara Roja, El Rayo Chapín, Máscara Negra II, El Cirujano.  Contrató  a los rudos mexicanos Los Espías y  al técnico Cruz Diablo. En aquella época, Canal ll apoyaba toda actividad artística y deportiva, incluyendo la lucha Libre, y ese popular deporte era visto en todos los departamentos de Guatemala.

Un sábado, antes de salir al aire, el productor les preguntó a Los Espías que si para filmar las escenas de piquetes a los ojos y otros castigos peligrosos había que alejarlas de las cámaras para que el  público no viera algo anormal en el castigo, y los rudos le dijeron que no tuviera cuidado, porque ellos pegaban de verdad. La vibrante voz  de René Barreda —ganador del micrófono de oro de la lucha libre— le ponía sal y pimienta a las narraciones. El estudio era insuficiente para darle cabida a los cientos de aficionados que deseaban ver las veladas de lucha libre “en vivo”, en directo, y a todo color A partir de esa noche, Canal 11 aumento su audiencia y el interés de los aficionados por asistir al gimnasio.









Nace la revista Lucha

En los primeros meses de 1971, los promotores me dijeron que deseaban editar una revista de lucha y que tenían el apoyo incondicional de El Grafico, pues muchos lectores les pedían un medio semanal con información y programación dedicada a la lucha libre que estaba en su apogeo. Durante una de las jornadas me hablaron José Azzari y su esposa Carmen Arrivillaga, que ya sabía de mi trayectoria de  seis años en el diario Impacto, me hablaron del proyecto y me dijeron que querían que yo fuera  director de la nueva revista.. Aunque en ese momento no hablamos del salario que devengaría, me hicieron ver que era una buena oportunidad para ganar otros lectores.

La propuesta era halagadora, pero no me dejé llevar por la emoción de mis impulsos, pues creí que no había llegado mi momento y no acepté.  Me hicieron ver lo que significaba para mí dirigir un medio de comunicación que sería el pionero de las revistas especializadas en Guatemala, pero mi decisión —tal vez un poco precipitada— ya estaba tomada y no quise dar marcha atrás. Les agradecí por haberme tomado en cuenta y les dije que necesitaba más experiencia para no quedarles mal y nos despedimos con un apretón de manos. Creí que era mejor ser un buen reportero —como ya lo había demostrado—, que un mal director

Los esposos Azzari-Arrivillaga no podían esperar más tiempo y aunque en la empresa editora de El Gráfico había buenos cronistas deportivos  que escribían lucha libre de vez en cuando, contrataron a don  Oswaldo Johnston, hombre con suficiente conocimientos en este deporte, pues había ganado medalla de oro en lucha olímpica durante los Sextos Juego Centro Americanos y el Caribe de 1950.  Don Oswaldo fue el primer redactor de la revista Lucha.

Como los esposos Azarri- Arrivillaga  ya tenían las bases para iniciar, contrataron al periodista español Fernando Albert para que colaborara con ellos. El director era Alberto Azallaga —nombre ficticio formado del apellido Albert—,  y Azallaga reducido de Azzari-Arrivillaga, los editores—. El primer número de la revista Lucha salió a la venta el viernes 1 de agosto de 1971. En la portada estaban Coloso Coloseti (Carlo Elio Coloseti) y José Azzari que disputarían cabellera contra cabellera. Desde las primeras horas de la mañana los aficionados la compraban, porque era la primera vez en la historia del periodismo guatemalteco que se editaba una revista especializada en lucha libre.

En correos del blog de lucha libre de unos colegas, se asegura de que la idea de editar una revista especializada fue de Oswaldo Johnston pero ya expliqué que yo pude haber el primer director y no acepté. También se asegura que el locutor, periodista y actor de cine Enrique Bremerman,  la dirigió durante cuatro años y que doña Ana María Azurdia fue directora, pero para  que los sus seguidores estén enterados deberían poner la fecha. A mí nunca me han mencionado, pero yo escribí la revista 120, por ausencia obligada del director Carlos García Urrea y la dirigí desde el 5 de julio de 1981 hasta el 22 de junio de 1983 y guardo dos tomos empastados como constancia de mi paso por esa famosa revista. Enrique Bremerman sí fue columnista y jefe de Relaciones Públicas de la revista Box y Lucha que yo fundé y dirigí desde el primer número.  También fue narrador de televisión, anunciador y réferi de lucha libre. 

Surge  el semanario Box y Lucha

En 1974, con nueve años de experiencia, me convertí en uno de los reporteros de lucha libre más conocidos de Guatemala, no obstante, la popularidad y experiencia de don Carlos García Urrea, de los mejores periodistas de Guatemala, pionero de los redactores de boxeo y lucha libre, que utilizaba el seudónimo de Lou Carol, pues era corresponsal de una revista mexicana. Yo era reportero de  Impacto  y comentarista de lucha libre de la recordada radio Tic.Tac.  Las descripciones del primer narrador, Mario Luis Moscoso, la presentación de Manuel Marroquín Ortega, Rigoberto Aldana y Erwin Salvador Mérida, nos permitieron competir con los locutores de radio Quetzal, René Barreda y Enrique Bremermann, que habían acaparado la atención de los aficionados.

Haber incursionado en un medio escrito y otro radial, hubiera sido suficiente para un incipiente periodista, lleno de sueños e ilusiones, pero no estaba conforme y en mi inquieta cabecita, llenas de proyectos, germinaba la idea de hacer una revista semanal, con crónicas, entrevistas, biografías, y críticas constructivas. Nunca pasó por mi mente competir con Lucha, que se había convertido en “el pan nuestro de cada día” de los aficionados.  A mediados de 1973, Cronistas Deportivos Guatemaltecos estaba en su apogeo y luchaba por abrir los espacios dejados por otra asociación similar.   El recordado Fredy Azurdia, uno de los más entusiastas del grupo, era aficionado a la lucha libre y tenía una imprenta.  Algunas veces conversábamos de la posibilidad de editar una revista de boxeo y lucha para competir con Lucha, que tenía el soporte de El Gráfico, pero nos desanimamos muchas veces, pues pensábamos que nunca podríamos competir con ella. Sin embargo, se nos ocurrió editar un número para presentárselo a Espectáculos Internacionales, promotores de lucha libre.                        

El directorio quedó integrados así; editor, Fredy Azurdia, director, Mike González; fotógrafos, Jorge Mario Samayoa, Haroldo Siliézar y Roberto Velásquez Popocha, publicidad, Ricardo Méndez; impresión Editoffset. 12  calle 2-51, zona 1, teléfono 84258. A principio de 1974 empezamos a hacer realidad la idea y planificamos su contenido. El jueves 14 de marzo salió a la venta el primer ejemplar de BOX Y LUCHA con tiraje de cinco mil ejemplares y se agotaron al tercer día, pues las páginas eran a un color, intercaladas, sepia y rojo. El domingo siguiente, al llegar al gimnasio muchos aficionados me felicitaron y me enseñaron el primer ejemplar de la revista que había nacido de un sueño imposible y que, con la ayuda de Dios, se convertiría en “el cuco” de la competencia.

Los editores de Lucha no se preocuparon, porque creyeron que Fredy Azurdia no tenía la solvencia económica necesaria para sostenerla mientras se afianzaba en el medio. En la portada —roja— estaban El Infierno II y Ventarrón, que disputarían sus máscaras.  Había resultados de la velada anterior, entrevistas y reportajes de boxeo y lucha libre,  la programación del sábado 16, por Cana7 y la del domingo 17 de marzo en el gimnasio Teodoro Palacios Flores.

En la página 9, publicamos el primer reportaje de impacto, en donde recordábamos la noche cuando José Azzari le fracturó la mandíbula al Infierno I.



Cuando José Azzari le fracturó la mandíbula al Infierno I
DEL GIMNASIO AL IGSS

          La lucha libre es uno de los deportes más antiguos y más violentos; desde tiempos antiguos los participantes han sufrido graves riesgos, pues para lograr una victoria muchas veces tienen que pagarla con sangre o con graves fracturas.  Lo anterior no es más que una simple relación de la lucha libre profesional y la que practicaban en Grecia, allá combatían por una corona de laurel y en la actualidad se lucha por ganar fama y dinero.

         Pues bien, como ya es del conocimiento de los aficionados “Box y lucha” quiere ser una publicación diferente, sus páginas solo llevaran críticas constructivas, sino que dará preferencia a todas aquellas crónicas de  los encuentros efectuados en el Gimnasio,
ya sean de boxeo o de lucha libre: ahora vamos a hacer un breve narración entre los rivales José Azzari  y el Infierno I, que dejó al mexicano con la quijada fracturada y que no fue precisamente por “descuido” (sic) del Infierno ni torpeza de su adversario José Azzati, sino por la forma violenta como se efectúo la lucha.

      Ya nos hemos referido a los peligros que la lucha y cuando se trata del estilo super libre, son todavía mayores, pues el réferi solo tiene que evitar la estrangulación directa y no  debe permanecer arriba del ring, dejando que los contendientes se las arreglen como puedan. Se peleó con tanta violencia que hasta después de haber concluido la programación se supo del estado de salud del mexicano. Nadie, con escasos conocimientos  de lucha libre podría asegurar que “fue lesionado recientemente por la torpeza de su adversario.  Un rodillazo en la mandíbula le provocó la fractura maxilar”. (sic).

     Nuestra experiencia en esta clase de crónicas no es de ahora.  Tampoco escribimos ocasionalmente, por ello estamos plenamente convencidos de que nadie —ni siquiera el afectado— puede asegurar que su lesión  haya sido por un rodillazo, pues por la violencia se desplomó sobre la lona  y no se dio cuenta de la magnitud del golpe. Para que ustedes, amables lectores, se den cuenta de que la ética no nos permite mentir, les mostramos esta nota que recoge los principales momentos de  aquel violento combate.




Editorial
Amigo lector:
          Es posible que tú ya estés enterado de mi existencia, desde hace ocho años me he dedicado a la crónica deportiva, especialmente a la lucha libre y tú, que semanalmente asistes al gimnasio Teodoro Palacios Flores, has tenido oportunidad de verme corriendo de un lado para el otro, tratando de estar cerca de la noticia para servirte mejor.

         Quizá recuerdes que hace seis años me lancé a la aventura de crear un noticiero deportivo con informaciones de boxeo y lucha libre, pero por el factor que mueve el mundo; dinero, no nos fue posible mantenernos y a los meses dejamos nuestro querido Ovaciones en radio Quetzal.

         A pesar de nuestras limitaciones económicas, unido a un grupo de cronistas deportivos, nos hemos lanzado a la difícil aventura de ofrecerte un semanario, que con el nombre de BOX Y LUCHA, llegará semanalmente a tu hogar llevándote crónicas, entrevistas y biografías de tus ídolos favoritos.

          Queremos hacer un periodismo diferente, y evitaremos hasta donde sea posible entrar en polémicas estériles que solo sirven para dañar a la lucha libre y a sus protagonistas.  Criticaremos sus actuaciones para que en cada velada se superen.

          Pondremos a tu disposición las secciones “el lector  opina”, “escríbele a tus ídolos”, “pocker de ases”, “la foto de la semana”; en las cuales publicaremos todas aquellas cartas que nos envíes sin entrar en discusiones contigo.

         Puedes estar seguro que nuestro propósito no es lucrar con el trabajo de los luchadores, sin darles nada a cambio —críticas veraces y constructivas— y si nos aceptas en tu hogar estaremos satisfechos por haberte dado lo que estabas esperando.

          Prepárate, pues, para sentarte cómodamente a hojear BOX Y LUCHA y, al leer sus crónicas vive las emociones del boxeo y la lucha libre.

EL DIRECTOR

Para los aficionados que esperaban con ansiedad los viernes para leer la revista Lucha, fue una sorpresa que por primera vez hubiera otra publicación similar que les informara un día antes y nuestra incipiente revista se vendió “como pan caliente”. Aficionados, colegas y amigos de la colonia Bethania llamaron a la redacción para felicitarnos y para preguntarnos cuándo saldría el próximo número.  Cuando visitamos las oficinas de la promotora Espectáculos Internacionales, nos dijeron que les parecía buena idea que se mantuviera para competir con la otra, pero que por el momento no tenían presupuesto para financiarla.  Además, a partir de esa semana la temporada de lucha quedaba suspendida hasta nueva orden,  pero nos dijeron que tomaría en cuenta nuestro proyecto. Al no haber fuente de información, Box y Lucha dejó de circular.

En ese año, José Azzari y su esposa tuvieron problemas matrimoniales y Carlos García Urrea, director de Lucha, empezó a burlarse de los luchadores del gimnasio. Por razones que solo él sabía, escribía críticas destructivas y el empresario, los luchadores y los aficionados, empezaron a dudar de sus críticas, porque  se entregaban en cuerpo y alma en cada combate, algunas y el experimentado periodista opinaba lo contario.
Algunos fanáticos que creían en él se alejaron del gimnasio y  parecía que la época dorada llegaría a su fin. Los luchadores entrenaban a mediodía en El Palacio de los Deportes y yo los observaba desde las gradas de preferencia.  Todos estaban  preocupados, se notaban desganados y no tenían interés por superarse, porque la revista Lucha les echaba a perder el trabajo.  Un día, antes de empezar el entrenamiento, José Azzari los reunió y les dijo que era necesario planear algo, pues los aficionados ya no iban al gimnasio y de continuar así, la empresa podía desaparecer.  Ellos se esforzaban por dar buenos espectáculos y García Urrea decía otra cosa.  Todos se miraban entre sí y murmuraban, pero nadie hablaba.  Por fin, Edgar Echeverría pidió la palabra y dijo que la única manera de contrarrestar los ataques era crear otra revista. Todos quedaron sorprendidos por la sugerencia y cuando José les preguntó quién podría dirigirla. Édgar le respondió: “Mike”.

Deliberaron unos minutos, me dijeron que me acercara y Azzari me preguntó que si aceptaba dirigir una revista para competir con Lucha, que ya tenía tres años de circular  y que era esperada por los aficionados desde las primeras horas de los viernes. Había llegado mi oportunidad y dije que aceptaba, pero que se tomara como base el primer ejemplar de Box y Lucha, y que me permitieran responder los ataques de nuestros competidores. Nos pusimos de acuerdo y me dijeron que llegara a la 1ª. avenida, 3-08, zona 10, para discutir mi salario, el formato que nos serviría para las próximas ediciones y para formar el consejo editorial. Luis Azzari y Edgar Echeverría nos asesoraron  y quedó integrado así: Editor: N.W.A. director: Mike González; redactores: Kikerman (Enrique Bremermann), El Luchador Azo, y El comentarista.

Los otros miembros del directorio eran: fotógrafo Carlos Lanuza, caricaturista: arquitecto,  Francisco Piloña, diagramación: Ismael González y administrador Osman Tobías. En pocas semanas estuvimos preparados y con la ayuda de Dios, el primer número salió a la venta el jueves 30 de mayo de 1974. La portada tenía tres colores, negro, azul y rojo y en  el lado izquierdo de la portada había un dibujo de dos boxeadores, de color azul y en la derecha, dos luchadores de color rojo. Arriba estaba nuestro lema: revista independiente, veraz y constructiva, en el centro, con letras rojas BOX Y LUCHA,  abajo los días de su publicación.  Un poco más abajo, en el lado izquierdo, con letras azules Sensacional reapertura de temporada. Completaban la portada los luchadores Killers Kid,  Big Mac y José Azzari. En la parte inferior derecha, el logotipo de Filler´s, el primer patrocinador, en colores rojo y azul, con letras blancas.


Lo que había nacido  en un sueño se convirtió en realidad.  Dios nos  había ayudado a vencer los primeros obstáculos y desde ese momento nos convertimos en el semanario de lucha libre que dividió a los aficionados. Desde las primeras semanas nos convertimos en los favoritos de los lectores, pues además del moderno formato y la inclusión de dos colores adicionales nos permitían competir con la otra.  Como salíamos un día antes que la competencia, su circulación empezó a descender.







CARTA AL LECTOR:

          Hace dos meses prometimos entregarte las crónicas más veraces, las entrevistas más atrevidas y las críticas más constructivas que revista alguna pudiera ofrecer a sus lectores. Por el cierre de la temporada de lucha libre creímos oportuno entrar en receso antes de ofrecerte secciones sin importancia.

          Ahora volvemos con nuevos bríos y nuestra primera nota va dirigida a ti, amable lector, porque sabemos que cuando tuviste en tus manos el primer ejemplar de “BOX Y LUCHA”, exclamaste jubiloso: “Esta revista es la que hacía falta en Guatemala; sus posters van a darnos la oportunidad que se nos había negado; hacer un álbum fabuloso de la lucha libre guatemalteca ¡Bravo por sus editores..!”. 

         Aunque nuestra primera edición fue de apenas de cinco mil ejemplares, gracias a tu amabilidad, amigo lector, todos los ejemplares se agotaron al día siguiente de su publicación.  Lo que quiere decir que a pesar de nuestra limitación inicial, reconociste que era una publicación diferente.

          Como ya hemos adivinado tus gustos te ofrecemos el segundo número y te prometemos que, a partir de hoy, llegaremos a tu hogar todos los jueves en las primeras horas del día.  Nuestro deseo no es lanzar un número excesivamente alto, pero si ahora lanzamos quince mil. Tenemos fe en Dios para que en un futuro no lejano multiplicar nuestro tiraje.

          Trataremos de llegar a lugares donde todavía no saben que “Box y Lucha” existe, pero no haremos con notas amarillistas ni saturadas de burla, sino con notas veraces y constructivas. Propósito no es  con el trabajo ajeno —nos referimos a los luchadores—  sino ofrecerles críticas veraces y constructivas que les ayuden.

         Evitaremos hasta donde sea posible entrar en polémicas con publicaciones similares, porque consideramos que la misión del periodista es sagrada y no debe prestarse a servir  a intereses completamente alejados del deporte.

          En cuanto a ti, estimado lector, ya irás encontrando agradables sorpresas que te harán comprar tu ejemplar cada semana: imagínate que puedes coleccionar los posters que publicaremos semanalmente y en cuanto estemos bien organizados veremos la forma de obsequiarte pases para el gimnasio y para canal 7.  Por si esto fuera poco crearemos secciones en las cuales tú puedes salir fotografiado con tu luchador favorito.

          Pero no termina allí lo que te ofrece “BOX Y LUCHA”; a tu disposición estarán las secciones el aficionado opina, escríbele a tus luchadores y gustosamente escucharemos tus sugerencias para que nos digas que secciones te gustan  y que otras te gustarían ver  en futuras ediciones.

          Mientras tenemos oportunidad de volver a conversar, recibe un fuerte apretón de manos de…


  EL DIRECTOR


 En la página  once estaba la sección ENTRE CUERDAS TE VEAS, ilustrada con fotos pequeñas de Máscara Negra, Rayo Chapín, El Apache y El Santo. La nota decía: Bien, amigos, como la temporada de lucha libre se inicia este mes nada más agradable para quienes hacemos posible este semanario de boxeo y lucha que iniciar nuestras actividades con secciones que nunca se han escrito en Guatemala… Guatemala país de la eterna primavera y de los eternos luchadores guapos no podía quedarse atrás en materia periodística y se ha dado a la tarea de entregar a sus  lectores “BOX Y LUCHA”,  con reportajes nacionales y extranjeros… Extranjeros sensacionales les dicen a los luchadores guatemaltecos El Monje Loco y La Fiera que están cosechando muchos triunfos en la República Dominicana.  El primer con varios años de residir en esa bella isla del Caribe, quizá haya sido olvidado, porque aquí se llamaba El Cuervo…El Cuervo ya no se acuerda de nosotros pero La Fiera nos escribió recientemente y nos cuenta de sus andanzas por aquellos lares, nos dice que si ya estamos publicando “BOX Y LUCHA”  saludemos a todos los lectores, sin distinción alguna… Sin distinción alguna nuestro director publicará todas las cartas de los aficionados para que expresen libremente acerca de los temas que les parezcan más interesantes… Interesantes las declaraciones de los promotores de lucha libre, que piensan reiniciar las programaciones a fines de este mes, porque los amantes de los espectáculos calientes ya no hayan la hora de sintonizar Canal 7 y asistir al gimnasio… al gimnasio estaremos llevando nuestro equipo de fotografía para que las mejores fotos de la jornada adornen las páginas de esta joven publicación que ya se ha ganado el corazón de los aficionados,,,  Aficionados de verdad son aquellos que gritan a sus favoritos, pero nunca se dejan llevar por las bajas pasiones y agreden a los rudos con toda clase de proyectiles… Proyectiles explosivos llevarán nuestras próximas ediciones, pues queremos que nos reconozcan por originales no por copiones del montón… Montón de cosas que teníamos que contarles, pero nos vemos obligados a decirles  hasta aquí, porque se nos acabó el espacio.

Nos vemos la semana entrante.




EN NUESTRO PRIMER ANIVERSARIO
¡MUCHAS GRACIAS, AMABLES LECTORES..!

          Hace un año cuando BOX Y LUCHA vio por primera vez la luz pública, prometimos entregarte críticas constructivas, crónicas veraces y reportajes interesantes porque aspirábamos estar en tus hogares todos los jueves, a primera hora.  Entonces todo aquello parecía un sueño, sabíamos que teníamos que empezar luchando contra una innumerable serie de factores adversos y solo el vigor de nuestra juventud nos impulsaba a poner en práctica nuestros conocimientos. Pese a los negros nubarrones que se divisaban sobre nuestra recién nacida revista, teníamos fe en Dios; sabíamos que el eterno Creador iba a tendernos su mano piadosa, y nos lanzamos a difícil aventura de hacer una publicación diferente, cuya misión sería encontrar motivos para criticar y nunca pretextos para insultar. Aún cuando ya lo hemos confesado, éramos bastante jóvenes para seguir adelante, porque tenemos más experiencia  como reporteros de lucha libre, del diario Impacto, y ex corresponsales de la revista Lucha Libre, de México. La nitidez  de nuestras fotografías, hizo que los aficionados a la lucha libre la buscaran cada jueves y hoy  que arribamos  al primer aniversario, tenemos la satisfacción de cubrir los cuatro puntos cardinales de la república.

          Como ya nos identificamos plenamente con nuestros lectores todo el mundo sabe que al adquirir su ejemplar de BOX Y LUCHA, va a tener una reseña verdadera de lo que sucedió en el gimnasio y nunca va a tener que lamentarse por no encontrar lo que desea.  Los gladiadores que actúan en el gimnasio Teodoro Palacios Flores —y aún quienes están en las arenas chicas— adquieren su ejemplar  cada semana para saber qué opinión tenemos de la jornada. En miles de hogares coleccionan nuestros posters y aunque ya nos hayan imitado, saben que los nuestros continúan siendo los mejores.           Semanalmente recibimos cientos de cartas pero nuestra ética profesional no nos permite publicarlas.  Correríamos el riesgo de ser llamado imitadores y nuestra publicación dejaría de ser constructiva, pero las responderemos con la cortesía que debe caracterizar  a un miembro de la Prensa. Todos nuestros desvelos hubieran sido inútiles si no hubiéramos encontrado eco en ustedes, amables lectores, que durante cincuenta y dos semanas han estado esperando ansiosamente su ejemplar de BOX Y LUCHA a los anunciantes que bondadosamente confiaron en nosotros.  Especialmente  a Filers, que es calidad selecta, que fue nuestro primer anunciante y todavía sigue confiando en nosotros.

          Con más experiencia, haremos lo posible porque el año que iniciamos hoy supere lo que hemos hecho y si cometimos algún error, sírvanse disculparnos. Recuerden que  errar es de humanos. Creemos necesario estrecharnos con un cordial abrazo con quienes hacemos este semanario: Enrique Bremermann, gerente de publicidad y redactor; Carlos Lanuza, camarógrafo, Ismael González, diagramador, Osman Tobías, administrador y con el personal de la imprenta Marroquín, por su constante trabajo en pro de BOX Y LUCHA, así como a los voceadores.  Si en parte logramos entregar lo que, ustedes amables, lectores esperaban de un grupo de periodistas jóvenes, nos sentiremos orgullosos de haberlo logrado; si todavía no han encontrado lo que desean, tengan confianza en nosotros que en este año vamos a darles algunas sorpresas.  ¿Qué otra cosa podemos decirles para agradecerles la confianza que nos han brindad..?

           MUCHAS GRACIAS, AMABLES LECTORES, MUCHAS GRACIAS.
MIKE  GONZALEZ



Entre septiembre y octubre,  recibimos cartas de muchos aficionados que nos preguntaban  por qué no escribíamos un reportaje del Coliseo de la Florida, puesto que tenían informaciones confidenciales de que allí se pagaban salarios bajos y que las instalaciones no eran adecuados.  Se quejaban de los graderíos que tenían aspecto de gallinero y que Carlos García Urrea continuaba atacándonos, porque se había dado cuenta que los lectores nos preferían por la veracidad de nuestras crónicas y porque empezábamos a superarlos en tiraje.

Para no defraudar a  miles de seguidores,  nuestros compañeros Enrique Bremerman y Carlos Lanuza fueron al Coliseo y se dieron cuenta de que los aficionados no estaban exagerando y lo comprobaron con un reportaje fotográfico. En nuestra edición del jueves  24 de octubre publicamos el resultado: vestidores y baños en mal estado, sin techo.  En lugar de puertas había cortinas plásticas, unos espectadores estaba de pie y otros subidos en una escalera para ver mejor. Para evitar polémicas, Enrique Bremermann escribió un reportaje  pequeño y los pies de foto, lo decían todo.  Gracias a la cámara de Carlos Lanuza.
 
Además Bremerman entrevistó a Ráfaga Verde, quien dijo cuánto le pagaban Q3 con cincuenta centavos por lucha.  Esto motivo que don Carlos nos enviara una “aclaración” que fue  publicada y glosada, página por página, por nuestro redactor. En esa misma edición.  En su leída sección SIN LIMITE DE NOTAS, Kike decidió asumir la defensa de quienes eran atacados sin motivo.  “Por el respeto al público y respeto que la opinión pública me merecen —empezaba el comentario—, a partir de este número de “Box y Lucha” iniciaré una defensa de la campaña de desprestigio  que contra la actual Empresa y quienes en ella laboramos, ha puesto en marcha el periodista Carlos García Urrea… Así que no se extrañen si en algún número nos salimos del tema, pero será solo para poner al mencionado señor en su lugar”.




Como continuaron los ataques en Lucha, Enrique redactó una respuesta, pero para impactar a los lectores, yo le puse el título:

¡BASTA YA, SEÑOR GARCÍA URREA..!

Por Enrique Bremermann

          Nunca hubiéramos deseado convertir a “BOX Y LUCHA” en un órgano de discusiones públicas, pero el Sr. Carlos Garcia Urrea con sus escritos completamente falsos y malintencionados ha dado lugar para ellos. De esta manera, y en resguardo de mi prestigio personal, me veo en la necesidad de tener que desenmascarar a un lobo con piel de oveja, que aprovechándose de la buena voluntad y confianza de algunos luchadores guatemaltecos está llevando agua a su molino. Así, pues, quiero desde ya dejar constancia que el espíritu que me impulsa no es el de ofender a ninguno de mis colegas y amigos luchadores, pero lamentablemente al enarbolar la bandera de mi justa defensa, tendré que pasarme llevando de corbata a algunos de ellos, a quienes, repito,  no es mi intención ofender…

          Y ya entrando en materia, deseo decirles amigos lectores,  en primer lugar que la Editora de la Revista “Lucha”, CARMEN ARRIVILLAGA, al divorciarse de JOSE AZZARI, cometió el error más grande de su vida al poner la dirección de “su” Revista en una persona como el Sr. antes aludido quien ha sido en varias  ocasiones  promotor de Lucha Libre en el Gimnasio Nacional “Teodoro Palacios Flores”, habiendo fracasado en todas las empresas en que participó… Esta circunstancia lógicamente lo sitúa en el bando de los resentidos, frustrados, fracasados, etc.  Utiliza la Revista “Lucha” como un instrumento para descargar toda su ponzoña contra los actuales promotores que han demostrado ser más capaces que ninguno que haya favorecido con la confianza de las autoridades Deportivas, en oportunidades anteriores.

          A decir verdad, primero que este señor tiene ambiciones empresariales, de otra manera no se explica el por qué haya iniciado de desprestigio contra los actuales de la Empresa, y contra todo el mundo, aprovechando la hospitalidad que CARMEN ARRIVILLAGA le ha brindado en la citada Revista, motivado por una envidia que le corroe las entrañas, o quien sabe con qué insospechadas intenciones. La historia de Guatemala está llena de ingratitudes que ese elemento de la Prensa Nacional ha desatado en contra de varios deportistas ha quienes ha hecho pedazos con sus críticas malsanas, echando por tierra el record de aquellos atletas con imposibilidad de defenderse, pues los periódicos  nunca o casi nunca les han hecho justicia, ante lo cual aquellos han depuesto su actitud  defensiva, dando lugar a que el señor García Urrea se sienta un periodista que impunemente puede hacer lo que le venga en gana. 

          No está lejano el caso de Mariano Codonier (Q.E.P.D.) a quien García Urrea atacó en forma infamante  (por razones que no viene al caso citar, porque sería largo hablar de ello), hasta reducirlo a la impotencia ocasionándole con esto (los combates públicos), un trauma que quizá haya sido  el que tan poderosamente haya influido en su posterior conducta, hasta llegar al desenlace que es de todos conocido. Ahora bien, en este caso el panorama es diferente en virtud que las páginas de “Box y Lucha” están a favor de los deportistas agraviados, entre los que estoy incluido, para poder poner en evidencia a este señor cuando se salga de los límites de la prudencia.
          Piensa que puede jugar con la honorabilidad de una persona juega maquiavélicamente con los tipos de la máquina de escribir. Pues, este  Sr. en varias publicaciones  ha dicho que quién esto escribe ha entregado a los luchadores “Los Ciclones” a la Empresa Espectáculos Internacionales en calidad de apoderado de ellos. (extremo que puedo comprobar en caso de ser necesario) sino sencillamente amigo de ambos, si no que ellos digan lo contrario. Pero la carroña de éste Sr. no paró ahí llegó al extremo, (y esto quizá lo ignoren los luchadores a quienes él, y la Editora de la Revista “Lucha”  Sra. CARMEN ARRIVILLAGA) de enviar una carta el Coronel Marco Antonio Soto Valenzuela, Gerente de la C.D.A.G. “quejándose” que entre los señores Luis Azzari, Edgar Echeverría y el redactor de esta nota golpeamos al amigo periodista Mario Quiñones (sic)  quebrándole su cámara el domingo 6 de octubre en el Gimnasio.  Con Mario Quiñones mantenemos una amistad cordial, de lo contrario que diga si la agresión que el Sr. García Urrea presume en su carta fue cierta…

          Por todo lo anterior y en resguardo de mi prestigio ante las autoridades deportivas y la opinión pública, (pues no sería dable que después  de haber sido Presidente de la Federación de Federación Nacional de Levantamiento de Pesas y Cultura Física, cargo que serví durante 10 años con toda voluntad y cariño, ahora viniera por  boca de este Sr. a convertirme en un vulgar sicario y atacar a los miembros de la Prensa Nacional de quienes he sido siempre he sido respetuoso). Manifiesto que todo lo declarado por el Sr. García es una solemne mentira que solo él sabe cuáles son sus intenciones…

          Es todo por hoy, pero si es necesario, (como dice Raúl Velasco) aun hay más…